El circuito competitivo de VALORANT para 2023 ya se ha definido y desde las cuentas oficiales del juego de Riot se han oficializado enseñando cual va a ser el recorrido anual de cara al próximo curso.

Si el formato de este año costó aprenderse los ascensos, descensos y condicionantes posibles, en esta ocasión se sintetiza todo en una estructura mucho más sencilla.

 

Las Challengers suplen las VRLs

Empezando por las ligas regionales, las VRL como tal cambian a lo que se conocerán como las Challengers. Hasta un total de 20 estarán repartidas por todo el mundo, las cuales se jugarán en dos splits entre enero y junio.

Tras concluir esta fase, los mejores equipos se repartirán entre las regiones de EMEA, América y APAC (cada uno la que le toque) por conseguir el ascenso a las Ligas Internacionales. Además, las tres irán recibiendo cada año más equipos hasta un total de 14 que las conformen entre 2027 y 2028.

 

Ligas Internacionales, Masters y Champions

Mirando al apartado internacional, febrero dará el pistoletazo de salida con el kickoff en São Paulo entre todos los equipos asociados. Durante el mes de febrero y principios de marzo se conocerá el primer campeón de la temporada, el cual podrá conseguir una plaza para su liga en Masters.

Tras este, entre marzo y mayo (durante ocho semanas), se jugará el split de las Ligas Internacionales que permitirá conocer los clubes que tratarán de hacerse con un slot de la Masters.

Éste tendrá tres localizaciones donde se instaurarán las ligas franquiciadas. Berlín para EMEA, Los Ángeles para América y Seúl para APAC serán los puntos donde jugarán los equipos de cada Liga Internacional de forma presencial.

Con la conclusión de cada liga desde mediados de mayo hasta finales de junio dará comienzo la Masters otorgando las plazas a los mejores de cada región para llegar a la Champions.

Como antesala del campeonato mundial todavía habrá una última bala en la recámara con el ya conocido Last Chance Qualifier (LCQ) para aquellos que no han logrado conseguirlo (de cada Liga Internacional) hasta entonces.

El último torneo del año, la Champions, llegará desde mediados de agosto hasta gran parte del mes de septiembre donde se conocerá al campeón del mundo, lo que ha sorprendido a muchos por hacerlo tan temprano, aunque conociendo las copas de otoño, como la Crossfire Cup, se entiende que se adelante todo tanto.

 

La estructura del VCT se establece a largo plazo

Por su parte, desde el comunicado que ha anunciado Riot quieren destacar que la búsqueda por hacer destacar el shooter es la prioridad: “Queremos crear un esport que cumpla con la gran demanda que vemos en cada rincón del mundo. Queremos destacar a las estrellas en ascenso y crear eventos más grandes y creativos. Hemos reunido lo que aprendimos, sumamos nuevas ideas y creamos alianzas que nos ayudarán a concretar nuestros sueños para la próxima edición del VALORANT Champions Tour”.

Asimismo, Whalen Rozelle, COO de Esports en Riot Games ha querido aclarar que se ha buscado de forma unánime alcanzar nuevas ideas en el formato aspirando a aprender: “De cara a 2023 estamos recogiendo todo lo que hemos aprendido, llevando nuevas ideas y creando nuevos partnerships que nos ayudarán a dar vida a nuestros sueños de cara a la próxima edición del VCT”.

Con estos cambios es evidente que se está buscando una orientación más compacta que estructure una escena competitiva acorde al profesionalismo y buscar el mejor VALORANT posible.

Según pasen los años y las ligas franquiciadas vayan acogiendo más equipos merecedores de estar ahí, tocará hacerse la pregunta de si el shooter será referencia para algunos de sus otros hermanos (mayores o pequeños) de instaurar un sistema de ascensos a ligas franquiciadas.

Toca esperar, pero la pinta que tiene 2023 y sus años sucesores hacen que el hype por conocer los equipos que estarán en esta, así como quienes serán quien estén más en posición de ascenso desde las Challengers, aunque su efecto no sea inmediato.

Por último, parece que este formato va a ser el cambio final que se establezca de forma permanente. Después de los primeros años donde ha costado acordarse de qué torneo tocaba y cómo funcionaban los ascensos y descensos, apunta a quedar algo más concretado y que se vea durante el próximo lustro esta misma estructura.