La serie de El Juego del Calamar ha sido un éxito. Twitch Rivals ha replicado esta fórmula en Minecraft con un prize pool de 100.000 dólares con una trama semejante a la de Netflix y con 150 creadores de contenido de habla hispana.

La final de ayer fue un absoluto éxito. La lucha entre Luzu, Xokas, Raptor y Ollie puso la guinda a un torneo que ya ha pasado a la historia por ser el más seguido y con unas cifras de escándalo.

Entre el pico de espectadores de Xokas (1.2 millones), Ollie (450 mil) y el resto de los streams se llegó a rozar los 2 millones de personas en el minuto de oro, mientras que el millón y medio de media concurrente.

Más allá del resto de cifras que batían récords incluso en los creadores con más viewers, la serie no sólo ha sido un éxito por esto.

Sabiendo que en Twitch el formato de series y unión de las caras más conocidas siempre da un resultado positivo, en el caso de los Squidcraft Games se han roto todos los esquemas previstos convirtiéndose en una manzana de oro que difícilmente puede superarse.

En un primer lugar, la fórmula novedosa de introducir la serie dentro de Minecraft ya apuntaba a ser la clave del todo. Si hay algo por lo que destaca el título de Mojang es por la gran capacidad para hacer lo que se quiera en él.

Por otro lado, el permaban y un gran premio en la final es lo que verdaderamente hacía que los 150 participantes ya tuvieran una tensión añadida para pasar de fase.

Sin embargo, ¿cuánto ha afectado tener un premio de 100.000 dólares para que los jugadores le pongan la matricula de honor al evento? Realmente lo que ha hecho que pase a la historia no es el montante final, sino todos los acontecimientos que han concurrido alrededor y me explico: hackers, héroes, villanos, incertidumbre, tensión, ansiedad, miedo, angustia, desahogo, terror… y un sinfín de motivos han protagonizado algo que no deja de ser Minecraft, “un juego de cubitos”.

El comienzo ya batía récords en la plataforma con un millón de viewers viendo las pruebas de luz verde y luz roja y el escondite. Tras ello, un grupo de hackers sacó de la competición a los streamers de Andorra tirándoles la conexión y restando así cerca de 15 creadores que no pudieron participar (entre ellos AuronPlay, Grefg o Rubius). Con la competición estabilizada de nuevo, los jugadores iban cayendo y la narrativa se iba profundizando entre alianzas y saboteos, pero ojo, todo bajo la improvisación y el devenir de los acontecimientos.

Finalmente, el último día explotó el montante de espectadores repartidos entre los jugadores definitivos hasta llegar cerca de los 2 millones para ver como Ollie Gamerz y Elxokas se batían en duelo en el juego del calamar.

En toda esta trama, las emociones han estado a flor de piel y no por el rodaje de cada prueba; sino por cómo se vivía, la agonía de cada uno con la muerte de sus amigos y el tener que levantarse en cada prueba evitando que la eliminación se llevase a cada uno.

Pero ¿dónde está el concepto “hacer historia” en todo esto? Al igual que otros formatos del entretenimiento tradicional, véase Gran Hermano, Operación Triunfo o La Isla de las Tentaciones, una primera edición tiene un elemento clave y es la novedad y el no esperarse qué va a pasar.

En el caso de los Squidcraft Games; las sorpresas con los VIP, el sobreponerse a los hackeos de los andorranos y una narrativa que salía sola es lo que ha hecho que sea el Twitch Rivals más seguido de la historia.

Por otro lado, y fuera de la competición en sí, los clips y reacciones a cada muerte del resto de streamers ha dado un contenido brutal tanto a participantes como creadores que han querido mostrar sus emociones a sus parroquianos dando un aroma y un regusto que va más allá de ver algo en directo por echar el rato.

 Difícilmente se va a poder ver algo así en el futuro, IlloJuan e Ibai hablaban de hacer algo parecido, pero con Los Juegos del Hambre; sin embargo, algo que no va a tener será el factor sorpresa.

Cuando AuronPlay y Perxitaa hicieron la serie de Gustabo y Horacio en GTA roleplay, lo que cautivó al público fue lo nuevo, cuando Grefg presentó su skin destacó el hype y la novedad y cuando Ibai hizo la Velada del Año fue exactamente por lo mismo: lo desconocido.

Se comenta mucho que el público de Twitch ve el contenido que hay por el streamer y no en tanto el contenido y esto es una verdad a medias. Si Xokas tuvo 1.2 millones de viewers y Luzu rozó los 300 mil fue por ellos está claro, pero si repasamos los números de ellos, sus medias no son esas, al igual que los viewers que vieron la presentación de la skin de Grefg tampoco son su media habitual o los que siguieron la Velada o el final de GTA roleplay de Auron y Perxitaa tampoco.

Por ello, el continente es importante, pero el contenido también y lo que tampoco cabe duda de que sea una verdad absoluta es que los fieles que hacen la base de cada uno (bien los creadores estén en la final de los Squidcraft Games, hackeados por unos maleantes, bien estén charlando con su chat) van a estar ahí detrás expectantes a lo que ocurra cómo sea y cuando sea.