2021 no ha sido un año muy satisfactorio para Clash Royale como esports. El sistema de clasificación con los 1.000 mejores jugadores del mundo y unas finales muy tardías en el calendario han hecho que desde las oficinas de Supercell hayan querido dar un nuevo enfoque para el nuevo curso.

Bajo esta idea, las novedades llegan para 2022 empezando por olvidarse de las ladders clasificatorias y pasar a los torneos organizados por la comunidad. Con un total de 8 (entre los que se encuentran la Bren Chong Cup, la Queso Cup, el torneo de la ESL y la Royale MSTRS) darán los primeros tickets de oro (uno por campeonato) y se repartirán 50.000 dólares en premios.

Por otra parte, durante seis semanas en verano (entre agosto y septiembre) se otorgarán los últimos 8 tickets restantes que servirán para reunir a los 16 mejores jugadores en las finales mundiales que se disputarán entre el 23 y 25 de septiembre, meses antes de lo que se pudo ir viendo años atrás. Estos cambios significan algo bastante positivo para Clash Royale y los esports.

Tras lo visto en 2021, la supresión de clubes de cara al circuito mundial y la participación directa en los torneos mensuales hizo que la comunidad no lo viera con tanto acierto ya que el sentimiento competitivo y la raíz por la que había nacido la CRL y los propios rosters de los equipos parecía haberse opacado en exceso.

Sin embargo, con el cambio de formato se abre una ventana hacia un nuevo escenario en el que el público ha visto con buenos ojos el regreso de los deportes electrónicos en el juego de Supercell.

Aunque no sea como en 2020 y años anteriores, estos cambios tienen un sentido claro. El gran apoyo que ha tenido Clash Royale entre los grandes creadores de contenido ha hecho despertar a los ejecutivos de la compañía y parece que han escuchado a una comunidad que pedía cambios a gritos. En vistas a que la Grecox Cup tuvo muchísimos más números que las finales del mundial de la CRL, torneos como la Bren Chong Cup o las competiciones que organiza Team Queso tuvieran un tirón muy importante, lo más lógico, es que la CRL haya querido contar con estas para alimentar así el competitivo y tener un circuito bien establecido y consolidado.

No obstante, todas las ideas de 2021 no se desechan. El torneo de finales de verano es una clara apuesta para demostrar que, pese a que hubiera cosas que no terminaron de funcionar el año pasado, quedan detalles que son rescatables y se pueden incluir dentro de todo el campeonato anual.

Asimismo, el unir un formato de paradas, tener una acreditación que te lleve directamente a la final de septiembre y unirlo al torneo previo con ocho posibilidades más hace que ya el interés y las ganas de volver a apostar por este sistema permita que los jugadores y la propia comunidad a que tenga ganas de volver a ponerse frente al dispositivo móvil y reivindicarse en el panorama competitivo.

Por último, Clash Royale espera que estos cambios devuelvan el esplendor de los seguidores a su campeonato mundial. No obstante, la apuesta por la creación de contenido sobre su juego y el hacer que los fans mantengan el interés por él es por lo que verdaderamente se desvive Supercell.

Más allá de eso, lo esperado en este nuevo curso parte, no sólo de una resurrección que nadie se esperaba, sino cómo van a encajar estos cambios con las últimas actualizaciones del título que han hecho que el meta se renueve de otra forma y haya tocado cambiar las barajas en consonancia a los buffos y nerfeos que se han ido aplicando en el tiempo.

Si hay algo por lo que ha destacado Clash Royale desde los inicios (al igual que el resto de juegos de la compañía) es a saber estar con los deberes hechos al día y no dejar que un personaje esté desbalanceado durante más tiempo del que corresponde.

Como todo público exigente que se precie, no todos los cambios han gustado, pero en este caso, el nuevo sistema tiene ilusionado tanto a jugadores, organización como espectadores que no terminaban de cogerle el gusto a los cambios de la última temporada, cosa que en esta ya ven con otros ojos lo que está por venir.