‘Somos esclavos del móvil’ ‘el smartphone se ha convertido en algo imprescindible en y para mi vida’, ‘reconozco que no tengo control, que no son capaz de desconectar del teléfono’. Estas afirmaciones realizadas hace años, sonarían a ciencia ficción.

El paso del tiempo –no mucho, que ya se sabe que las nuevas tecnologías tienen una fecha de caducidad muy limitada- ha convertido estas ‘frases hechas’ en llamadas desesperadas de muchos usuarios del teléfono móvil.

En la actualidad, diversas patologías están asociadas al uso del smartphone, aunque una encierra muchos (si no todos) de los problemas de ese enganche: la nomofobia.

Hay que decir que ser nomofóbico significa que tienes verdadero pavor a salir de tu casa sin el teléfono móvil, un comportamiento que, como mínimo, debería provocar algún tipo de reacción entre quienes sufren este tipo pensamientos.

Ahora, un diseñador austríaco, Klemens Schillinger acaba de presentar un diseño que busca, precisamente, ayudar a quienes de una u otra manera son ‘adictos al teléfono’. No se trata de una idea revolucionaria en su diseño, con alardes tecnológicos y colores por doquier.

Todo lo contrario. Ni siquiera el nombre del artilugio es llamativo. Se trata del Substitute Phone, un dispositivo fabricado en plástico que, más o menos, tiene el tamaño de un smartphone y cuyo objetivo es desestresar al usuario, calmarle la ansiedad provocada por el uso permanente del teléfono, a través de una bolitas de piedra insertadas en el falso móvil.

El propio Schillinger ha explicado a algunos medios de comunicación que con las bolas giratorias lo que se pretende es que la persona ‘adicta’ al teléfono replique en el Substitute Phone las acciones que habitualmente se realizan en el smartphone.

Además, su creador también ha dicho que su invento llegue a ser un dispositivo que ayude a los usuarios a controlar su dependencia y rebajar su ansiedad con los movimientos de las bolas de piedra.

Las perspectivas de este austríaco con su invento son altas e, incluso, parece que tiene intención de venderlo online en breve (así lo anuncia en su propia web). No obstante, antes tiene que lograr romper la barrera del reconocimiento del problema por parte de quien lo tiene. Para aportar nuestro granito de arena, aquí tienes cinco aplicaciones con las que puedes determinar si eres o no nomofóbico.