Cada vez, por desgracia, son más frecuentes las informaciones relacionadas con el uso incontrolado de los dispositivos móviles. Cuando este tiene que ver con los más pequeños de la casa, se encienden todas las alarmas, sin caer en la cuenta de que, en la mayoría de las ocasiones, este tipo de conductas no son más que la imitación que hacen los niños de los comportamientos de sus progenitores.

Un estudio reciente llama la atención sobre este fenómeno que preocupa mucho, pero ante el que no da la impresión de que se estén poniendo las medidas oportunas para frenarlo.

Lo ha elaborado la empresa experta en ciberseguridad Norton by Symantec bajo el sugerente título de My first device(Mi primer dispositivo). En él se analizan los hábitos de los hijos (entre 5 y 16 años) a partir de las preguntas planteadas a sus padres. En total, el trabajo ha contado con la participación de 7.000 progenitores del Viejo Continente y Oriente Medio.

Demasiado tiempo

De manera global, el primer titular que se puede extraer es que la media que los niños dedican a sus dispositivos móviles supera las dos horas y 35 minutos cada día, mientras que en la calle el tiempo de ocio que dedican a los juegos al aire libre se queda en una hora y media.

El dato es demoledor mire por donde se mire y ello a pesar de que, ciñéndonos al caso español en comparación con el resto de Europa, los menores españoles usan gadgets como el teléfono móvil unas dos horas y 24 minutos. Son los que menos tiempo le dedican en un ranking que encabezan los ingleses con 2 horas y 55 minutos diarios.

Con la Navidad a la vuelta de la esquina en muchos hogares surgirá de nuevo el dilema abierto en muchas familias: ¿tiene ya edad el niño o la niñas de tener un smartphone? El estudio de Norton también aborda esto y en el que caso de España, los pequeños disponen del suyo por vez primera a los 10 años.

Con seguridad habrá quien afirme que no se puede ralentizar el uso de unos dispositivos con los que nacieron. No obstante, aunque son muchos sus beneficios, no es menos cierto que todas esas ventajas se pierden una vez se superan con creces los límites de uso racional, provocando incluso problemas de salud.

Calidad del sueño

En relación con esto, un 62% de los padres españoles otorga libertad a su hijo para conectarse en línea en su habitación, porcentaje que, en el caso de los polacos llega al 73%.

El estudio de Norton también analiza el porcentaje de padres que permite a sus hijos conectarse a internet en su habitación.

Ligado a lo anterior y a cómo afecta el uso de los dispositivos a la salud de los pequeños, hay que citar otro parámetro que recoge el informe relativo a la calidad de su sueño. Curiosamente, más de la mitad de los progenitores en España son conscientes de que la utilización que hacen sus hijos de estos aparatos influye de manera negativa en su descanso, aunque quizás para autoprotegerse o como justificación, casi el mismo número de ellos alude a los beneficios que derivan de la tecnología.

Otro aspecto a destacar es la diferencia que existe según los progenitores sean de más o menos edad. Estos últimos son más determinantes a la hora de fijar límites, frente a los primeros que son menos estrictos. Además, en el caso de España, aunque el 55% reconoce que está dispuesto a la hora de servirse de los controles parentales para poner barreras al uso descontrolado, también manifiesta que no sabe cómo se hace.

En definitiva, este interesante estudio de Norton by Symantec da en la clave sobre un comportamiento que se ha convertido en hábito y que, con el paso del tiempo, está yendo a más.

El establecimiento de límites es fundamental para que las ventajas que los niños y niñas puedan extraer del uso de las nuevas tecnologías, en este caso los dispositivos móviles, no se transformen en perjuicios por un uso excesivo.