Aclaremos lo primero un punto: la tecnología per se no es ni buena ni mala. Es el uso que se hace de ella lo que determina los resultados según para quién. Dicho esto, nadie discute ya que hoy en día la estamos utilizando demasiado y demasiado mal, como ciudadanos y como consumidores.

Pero, como es lógico, esta falta de criterio beneficia a unos cuantos. Aquí recogemos los cinco casos tal vez más llamativos, pero hay muchos más, por supuesto.

1.- Estados / Gobiernos
Nunca antes fue tan fácil para un estado o un gobierno saber todo lo que hacen sus ciudadanos. Y no piensen ustedes que nos referimos a los posts en las redes sociales. Eso no interesa.

Pero cada vez que un dispositivo, el que sea, realiza una acción, deja un registro, un log. La mayoría de ellos, pasan inadvertidos a todos. No somos con conscientes, por ejemplo, de cuándo nuestro teléfono móvil se cambia a una estación base [antena] diferente -algo que sucede casi cada vez que nos desplazamos más de 300 metros en las ciudades-. Esto permite tener localizadas a las personas o consultar dónde estaban en un momento concreto.

Y, por otro lado, piensen en las búsquedas realizadas en internet, las páginas visitadas, etc. Demasiada información, ¿no creen?

2.- Los delincuentes
Cada día, millones y millones de ataques cibernéticos circulan por la red. Miles de personas son víctimas de estafas y abusos. El phising forma parte ya de nuestro vocabulario.

Interpol cataloga el cibercrimen en tres categorías: ataques contra hardware y software, crimen financiero [aquí estaría el phising, pero hay muchas más fórmulas] y abusos, principalmente a jóvenes y en la forma de explotación sexual [aunque no debemos olvidar el bullying que ha pasado de los patios de los colegios a las redes sociales].

Los responsables de las policía internacional destacan que el cibercrimen está creciendo a gran velocidad. "Más y más criminales están explotando la velocidad, comodidad y anonimato de internet para cometer una gran variedad de actividades criminales que no conocen fronteras físicas ni virtuales", afirman.

3.- Las compañías de consumo
También ellas lo saben todo de nosotros. Como destacaba la semana pasada Stephen Hawking –probablemente el científico de mayor prestigio en el mundo-, en una entrevista concedida a BBC, Internet nos ha facilitado la vida, pero pagamos "el alto precio de la pérdida de privacidad".

Estamos en sus manos. Pueden llegar a nosotros en cualquier momento y lugar. Las herramientas de marketing on line son cada vez más sofisticadas. Cada día estamos sometidos a cientos de impactos publicitarios, de forma consciente o no.

4.- Los empresarios
El hombre occidental lleva siglos luchando por algo que en las últimas décadas se ha denominado "equilibrio entre la vida personal y profesional". Conquistas como la jornada laboral de 40 horas semanales, sábados y festivos libres, etc., han sido fulminadas por la tecnología.

Hoy en día, a la mayoría de empleados se les exige estar disponibles en cualquier momento y lugar. La invasión de la vida privada de las personas por parte de las empresas es, probablemente, la mayor pérdida de libertad de los trabajadores en toda la Historia.

5.- El trío mágico
El trío mágico [Google, Facebook y Twitter], obtienen pingües beneficios a costa de la publicidad. Los internautas siguen [seguimos] pensando que en Internet lo encontramos todo gratis. Pero nada más lejos de la realidad. Como ya decíamos antes, pagamos un alto precio en forma de pérdida de la privacidad y en impactos publicitarios.

Todos ellos se frotan las manos. No es para menos, el futuro se les presenta más que halagüeño. El avance imparable del Big Data y la capacidad de proceso de los ordenadores, ofrecerán más oportunidades de negocio a quienes ya estén bien situados. En cuanto a los ciberdelincuentes, cada vez lo tienen más fácil, con más herramientas y menos exposición.

El próximo lunes 26 de enero, hablaremos de los cinco más perjudicados. ¿Se atreven ustedes a hacer un pronóstico?