Los generadores de inteligencia artificial (IA) han llegado a nuestras vidas de manera sorprendente y a veces inquietante. Pero no todo es alarmante en este mundo de algoritmos y lógica difusa. Veamos algunas curiosidades que nos ayudan a entender cómo funcionan estas maravillas tecnológicas y cuál es su verdadero impacto en nuestra realidad cotidiana.

Pero antes, como no podría ser de otra manera, te invitamos a contestar el cuestionario que ha preparado nuestra compañera Rocío Ruiz, para que demuestres tus conocimientos sobre la materia.

GPT-4 puede elaborar relatos, diálogos y hasta guiones cinematográficos

Ficción y arte en la Inteligencia Artificial

Las IA no solo están inspiradas en la ciencia ficción sino que también son capaces de crearla. Los generadores como GPT-4 de OpenAI pueden elaborar relatos, diálogos y hasta guiones cinematográficos con personajes y tramas coherentes. No es de extrañar que algunos escritores y guionistas se sientan amenazados por estos prodigios de la narrativa digital.

Este tipo de máquinas [o modelos] no solo escriben, también pintan y componen música. Ya existen casos de colaboración entre artistas humanos y algoritmos para crear obras sorprendentes, en un fenómeno conocido como IArt. La obra "Portrait of Edmond Belamy", creada por un generador de IA llamado GAN, fue subastada en Christie's por la friolera de 432.500 dólares en 2018. ¿Estamos ante una nueva revolución artística?

¿Es la IA más eficaz para crear o para desmentir bulos?

Bulos sobre la IA

En un mundo donde la desinformación se propaga como la pólvora, los generadores de IA se presentan como una doble cara de la moneda. Por un lado, son capaces de crear noticias falsas y bulos con una verosimilitud asombrosa; por otro, también pueden ayudar a detectar y desenmascarar la desinformación mediante análisis de lenguaje y patrones de comportamiento. La pregunta es: ¿acabarán siendo más eficaces en la lucha contra las fake news de lo que son en su creación?

Por otro lado, cada vez más medios de comunicación están utilizando generadores de IA para redactar noticias y artículos en tiempo récord. Estos "periodistas digitales" pueden cubrir eventos deportivos, financieros y hasta políticos sin cansarse ni cometer errores humanos. Sin embargo, el debate sobre si esta automatización beneficia o perjudica la calidad y la ética periodística sigue abierto.

La IA permite un nivel de personalización sin precedentes

Personalización

Esta tecnología permite un nivel de personalización sin precedentes en la creación de contenidos. Con la ayuda de algoritmos, las empresas pueden elaborar mensajes y anuncios adaptados a los gustos e intereses de cada individuo. Esta estrategia, llamada marketing de contenidos, ha demostrado ser altamente efectiva para aumentar las ventas y fidelizar a la clientela.

Precisamente esa capacidad para adaptarse a las características de cada persona convierte a la IA en una excelente profesora de idiomas. Puede corregir errores gramaticales, sugerir vocabulario adecuado y hasta generar ejercicios de comprensión lectora y escritura adaptados a cada estudiante. Así, la enseñanza de idiomas se vuelve más eficiente y personalizada, lo que facilita el aprendizaje y la motivación de los estudiantes.

¿Quién es responsable de los actos de la IA?

Ética y legalidad

Una de las cuestiones más polémicas en torno a los generadores de IA es la responsabilidad ética de sus acciones. Si un algoritmo crea contenido ofensivo, engañoso o difamatorio, ¿quién es responsable? ¿El desarrollador del algoritmo, la empresa que lo utiliza o la propia IA? Estas preguntas siguen sin respuesta clara y alimentan un debate que está lejos de resolverse.

Otra cuestión legal que plantea la proliferación de generadores de IA es la de los derechos de autor. Si una IA crea una obra literaria, artística o musical, ¿quién es el titular de los derechos de autor? ¿El programador, la IA o quizás nadie? Las legislaciones actuales no están preparadas para abordar este dilema, lo que podría dar lugar a disputas legales y conflictos de intereses en el futuro.

En el campo de la privacidad, esta tecnología depende de grandes cantidades de datos para funcionar correctamente. Esto significa que, en ocasiones, puede acceder a información personal de usuarios y emplearla para crear contenidos. La recopilación y el uso de estos datos plantean importantes cuestiones de privacidad y seguridad que las empresas y los desarrolladores de IA deben abordar.

Finalmente, la creciente presencia de esta tecnología en diversos sectores laborales genera preocupación sobre la posible pérdida de empleo para los trabajadores humanos. Aunque es cierto que la automatización puede reemplazar ciertas tareas, también es probable que la IA genere nuevas oportunidades laborales y profesiones relacionadas con su desarrollo, implementación y supervisión.