La empresa Fourier ha dado a conocer el GR-3, un humanoide de tamaño real que se suma a su serie GRx y que introduce la idea de “care-bot”. Este tipo de robot está pensado no solo para realizar tareas, sino también para establecer vínculos con las personas. Según la compañía, la filosofía detrás del GR-3 es “amor, por encima de la funcionalidad”, combinando utilidad mecánica y conexión emocional.
El diseño está orientado a la interacción con personas en espacios públicos, como asistente de servicio, acompañante para niños o apoyo para adultos mayores. A medio plazo, Fourier prevé su uso en cuidados asistenciales, con funciones como apoyo a la movilidad, monitorización de la salud o rehabilitación en centros para mayores o entornos clínicos.

Un robot cuyo diseño está pensado para la interacción con personas
El GR-3 mide 1,65 metros, pesa 71 kilos y dispone de 55 grados de libertad en sus movimientos. Presenta superficies acolchadas, colores cálidos y neutros, y tapicería similar a la del sector automotriz, buscando una apariencia más cercana que la habitual en la robótica industrial.
Su estructura compacta y modular integra sensores y unidades de computación sin recargar el exterior. El robot incluye batería intercambiable en caliente y un sistema de gestión energética para funcionar de forma continua durante todo el día. Entre sus rasgos de interacción destacan una interfaz facial animada, movimientos fluidos y proporciones equilibradas para transmitir confianza.

Interacción multimodal en tiempo real
El GR-3 incorpora un sistema propio de Fourier que combina visión, audio y tacto para procesar emociones y responder de forma coherente en tiempo real.
- Audio: cuenta con cuatro micrófonos para activación por voz en cualquier dirección, cancelación de eco y localización precisa del sonido. Puede orientar la mirada hacia la persona que habla para una interacción más natural.
- Visión: utiliza cámaras RGB y de luz estructurada para reconocimiento facial y seguimiento dinámico.
- Tacto: integra 31 sensores de presión que detectan contacto y permiten respuestas físicas acompañadas de gestos faciales, parpadeo y seguimiento ocular.
El sistema combina respuestas rápidas basadas en reglas con un modelo de lenguaje capaz de generar diálogos más complejos y adaptados al contexto.

Movilidad y capacidad de adaptación
El robot dispone de manos con 12 grados de libertad y actuadores de alto rendimiento que le permiten realizar desde tareas de manipulación hasta desplazamientos en entornos variados. Puede agacharse, ponerse en cuclillas y alternar entre diferentes tipos de marcha, incluyendo modos para ahorrar energía o desplazarse de forma más dinámica.
Fourier ha diseñado el GR-3 como una plataforma abierta para desarrolladores, compatible con algoritmos y aplicaciones de terceros. La arquitectura cliente-servidor y las API de interacción facilitarán la personalización de funciones para casos reales.

Integración en entornos humanos
Con el GR-3, Fourier busca responder a una cuestión clave: si un robot puede ser realmente aceptado en entornos cotidianos. La compañía señala que su objetivo es que este modelo se integre en ámbitos como servicios públicos, investigación, entornos sanitarios e incluso espacios personales, adaptándose a diferentes necesidades y contextos.