En un lugar de Teruel de cuyo nombre hay que acordarse, el olivo es parte fundamental de su historia y de su futuro. La conexión de este pueblo con esta especie y su fruto más preciado parte del mismo nombre. Es Oliete (de Olivetum, campo de olivos en latín) el pueblo turolense en el que un joven emprendedor, echando mano de sus raíces, trata de recuperar los ejemplares centenarios abandonados. “Es cuestión de pasión total”, dice Alberto Alfonso.

Su proyecto se llama apadrinaunolivo.org y en su génesis hay una parte personal – “es el pueblo de mi familia”- que va más allá de un negocio. En palabras de Alfonso, es “social, innovador, apoyado en las nuevas tecnologías que persigue que la sociedad se implique con las herramientas que hemos puesto en marcha (app para Android e iOS y web) para recuperar estos olivos”.

Olivos de entre 100 y 500 años

El objetivo no es pequeño. Con Adrián y José Alfredo Martín y Pablo García -“no son de Oliete y no tenían pueblo, pero ya lo tienen”- lo idea como solución al abandono de 100.000 olivos centenarios (entre 100 y 500 años) y a la “despoblación brutal de la zona”. La parte social la ponen las personas con discapacidad de la comarca que “tampoco disponían de posibilidad alguna para desarrollarse”.

Así arranca en 2013 apadrinaunolivo.org como proyecto de recuperación y conservación del olivar centenario como patrimonio natural, iniciativa de educación medioambiental, dando trabajo a personas con capacidades diferentes, para lo cual trabajan con Atadi (Agrupación Turolense de Asociaciones de Personas con Discapacidad Intelectual), y “en sí mismo, queríamos que todo se englobara en un proyecto de desarrollo rural sostenible”, añade. 

Padrinos neoyorquinos

La idea va mucho más allá del dato del apadrinamiento, que es su leitmotiv y ha permitido ponerlo en marcha.

Gracias a esta etapa del proyecto se han recuperado, hasta ahora, 4.000 ejemplares con las aportaciones de los 1.600 padrinos, que pagan 50 euros al año.

La explicación para Alfonso es que propicia “un arraigo importante” con el compromiso “de gente que no sabe ni dónde está un pueblo tan minúsculo como Oliete”, lo que ha posibilitado que “tengamos padrinos hasta en Nueva York”.

“Nos llamaban locos”

El camino no ha sido fácil porque, incluso, los agricultores de la zona “nos llamaban locos”, hasta que, con la llegada de decenas de personas de diferentes lugares para ver ‘sus’ olivos, “cayeron en la cuenta de que esto iba en serio”. 

Los reconocimientos que acumula la iniciativa hablan, no sólo de su carácter innovador, sino de todo lo que encierra. El Gobierno de Aragón les concedió el Premio Medio Ambiente destacando al otorgárselo que se trata de un proyecto que, desde las NNTT, “logra la implicación social y pone en valor los recursos naturales de forma sostenible”. Además, es una iniciativa que “se puede extender a otros territorios”. También la Fundación Telefónica ha prestado su apoyo a apadrinaunolivo.org.

“Somos un ‘conseguidor’ rural”

Alberto Alfonso dice que su organización es una especie de “conseguidor rural”, concepto que explica a la perfección todo lo que engloba. Así, además del proyecto en sí mismo, la visita de los padrinos quedándose en la casa rural que hay en Oliete, consumiendo en los tres bares o comprando en la tienda ayudan a “dar vida al pueblo”.

“Estamos en contacto con la Asociación contra la Despoblación Rural porque esta zona es conocida como la Laponia del Sur, con tres habitantes por kilómetro cuadrado”, aclara al tiempo que recalca que, de los cuatro trabajadores contratados que tiene apadrinaunolivo.org, uno de ellos que vive en otra localidad "trae a sus dos hijas al colegio de aquí y ha posibilitado que no se cierre”.

Premio de la Obra Social “la Caixa”

Pero esta startup social busca su continuidad. El fin es seguir creciendo porque eso conllevará que un incremento de sus metas sociales. Ahí entra en juego la almazara. Surge, dice Alfonso, porque "pensamos: es verdad que recuperamos olivos pero ¿qué hacer para que esto sostenible?". Es la 'pregunta del millón' de cualquier emprendedor. Los fundadores de apradinaunolivo.org, lo resolvieron preparando "el proyecto para construir la primera almazara triple S del mundo".

Esto significa que de ella sale aceite de oliva virgen extra Sostenible, Solidario (por los padrinos) y Social (porque en ella trabajan los chicos de Atadi).

Y así fue. El plan lo presentaron al programa de Emprendimiento Social de Obra Social "la Caixa" y resultaron elegidos. La aportación económica de este reconocimiento de "la Caixa", ha permitido que hace tan solo unas semanas se inaugurase la almazara, un paso más en la globalidad social y empresarial que propone aparadrinaunolivo.org.

El resultado es que "hemos creado una nueva categoría del aceite de oliva virgen extra, la Categoría Responsable". La almazara abre una nueva etapa para lo que empezó siendo un idea muy ligada a lo sentimental. "Pensamos que con la comercialización del excedente que tengamos, a cada padrino le enviamos dos litros de este aceite, podremos seguir recuperando olivos y alcanzar la cifra de los 100.000 que hay en Oliete", concluye Alberto Alfonso. Casi nada.