Este 18 de junio, la Organización Mundial de la Salud presentó su último borrador de la Clasificación Internacional de Enfermedades en la que se incluían los videojuegos como una adicción. A la espera de que este borrador sea aprobado o no en mayo de 2019, desde la Asociación Española del Videojuego (AEVI), José María Moreno, presidente de la Asociación, dice que “no hay uniformidad, no existen criterios científicos sobre si realmente hay adicción a los videojuegos o no”.  La AEVI defiende su voluntad de querer ser parte activa en este proceso y propone al gobierno ser parte de la solución mediante dos vías: llevar a cabo medidas de control parental y emplear efectivamente las recomendaciones de uso de los videojuegos.

José María Moreno recalca que, en comparación con Europa, "España es de los países que menos tiempo emplea en el consumo de videojuegos. Los españoles dedican a este pasatiempo menos de una hora al día, muy lejos de la media europea". Para el sector del videojuego ha sido una sorpresa la inclusión de esto en el borrador de la OMS, sobre todo porque no hay acuerdo ni cohesión entre la comunidad científica.

Desde la AEVI señalan que “se pretende que los videojuegos no queden teñidos con cierto tono de desprestigio puesto que en muchos casos son utilizados con fines educativos e incluso médicos. Existen cientos de estos videojuegos que se emplean en personas con alzheimer, cáncer, pacientes que necesitan mejorar sus reflejos o dentro de aulas de centros educativos”. Además, afirman que “la industria del videojuego genera 8.000 puestos de trabajo estables en España. Los videojuegos son la primera opción de ocio sobre el cine o la música, por lo que el beneficio económico que genera es notable”.

La polémica de la adicción a los videojuegos se encuentra en plena efervescencia ahora que se conocen casos como el de la niña inglesa de 9 años que se ha visto en la situación de asistir a rehabilitación después de volverse adicta a Fortnite. Cada vez más familias tienen problemas entre padres e hijos porque surgen conflictos y discusiones entre ellos cuando el niño quiere jugar, o no quiere dejar de hacerlo, y el adulto no es capaz de sobreponerse y ejercer la autoridad que la situación requiere. No sólo los hijos, también los padres acuden a psicólogos y centros de ayuda para que sean profesionales quienes les marquen unas pautas a seguir y puedan sobrellevar ese deseo casi irrefrenable que el niño siente por jugar. 

“La principal medida para evitar este problema se encuentra en manos de los padres a través de la compra y el consumo responsable”, afirma José María Moreno. Establecer ciertas normas y horarios puede ser una manera eficaz para evitar que su hijo caiga en esa “adicción” o termine enganchándose de una manera casi obsesiva a un videojuego. Prohibir que el niño tenga las consolas en su habitación y, por el contrario, tenerlas localizadas en zonas comunes como puede ser el salón, o asignar unas horas concretas a la semana en las que el niño pueda acceder a ese rato de distracción como premio por haber sacado buenas notas o haber participado y ayudado en las tareas domésticas. Los padres tienen a su disposición distintos códigos con los que pueden guiarse a la hora de realizar la compra de un videojuego para sus hijos. Estos códigos responden a las edades recomendadas (Códigos PEGI) o cada videojuego dispone de una breve descripción sobre la temática y lo que el niño va a encontrar en él a la hora de jugar.

Los loot boxes

En cuanto a los “loot boxes”, también llamados “videojuegos tragaperras” que funcionan mediante microcompras que permiten al jugador ganar mejoras en el juego, la AEVI aclara que no hay valor económico en estos juegos. La postura que adoptan al respecto no apoya la idea de que esto responda a una adicción. La Universidad de Cardiff realizó un estudio a 2.316 personas y sólo dos mostraron síntomas de adicción. Por lo que la conclusión a la que se llega es que el término “adicción” va más allá y se necesita investigar más.

La Asociación Española del Videojuego tiene como propósito seguir estudiando el asunto sin tomar decisiones precipitadas. Por ello, este verano publicarán un decálogo en el que se recomiendan unas pautas básicas a seguir respecto al consumo saludable y moderado de los videojuegos.