La tecnología blockchain ha dejado de ser una moda para demostrar su utilidad y sus múltiples aplicaciones. Uno de los aspectos que más se aplauden de la ‘cadena de bloques’ es el de proporcionar mayor seguridad, de ahí su uso en sistemas de pago y transacciones bancarias, siendo este sector el más conocido entre los que se sirven de esta innovación.

Sin embargo, la startup Finboot y el Centro de Investigación Repsol Technology Lab (Tech Lab) han probado con éxito esta tecnología para mejorar los procesos de certificación de sus productos.

BlockLabs, la aplicación desarrollada, utiliza equivalentes digitales de las muestras a homologar, con lo que se evitan ineficiencias y costes asociados al 'retrabajo' (llamadas, correos electrónicos, reenvíos de muestras…).

La colaboración entre Repsol y Finboot, empresa dedicada al software de alto nivel, se ha incubado en el Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol. La startup pretende salvar la brecha "entre una tecnología, de la que se habla mucho pero con la que aún es complicado interactuar, y el mundo de la empresa", en palabras de Juan M. Pérez, CEO de Finboot.

Cuentan con una plataforma que adapta y escala la tecnología para entregar herramientas "con las que, desde una oficina o una fábrica, se pueda conectar fácilmente con distintas blockchains usando una aplicación web".

Certificaciones y seguridad

Los productos de refino y la petroquímica están sometidos a un conjunto de certificaciones de calidad y seguridad por parte de los organismos reguladores. Para Tomas M. Malango, gerente de Experimentación del Tech Lab, "ahora este tipo de procedimientos, en los que manejamos gran cantidad de muestras, están sujetos a muchas incidencias de 'retrabajo' por mal etiquetado, pérdidas o conexión incorrecta de información". Según su opinión, la digitalización "nos permite una identificación de la muestra inequívoca en todo su ciclo de vida".

Para validar la metodología blockchain, Tech Lab eligió la gestión de muestras procedentes de los negocios industriales "porque en nuestro centro recibimos del orden de 60.000 al año y es un proceso que involucra a muchos actores dentro de la compañía y algunos de fuera, es muy intensivo en recursos y se realiza en gran medida en papel", explicó Malango.

Activo digital

Con BlockLabs, cuando es necesario certificar una muestra, el interesado solicita ese certificado en la aplicación web, lo que crea un archivo digital equivalente registrado en una blockchain. Desde ese momento, toda la gobernanza de la muestra física y la información asociada a ella (caracterización, de dónde procede, qué certificados se solicitan) quedará registrada y vinculada de manera inmutable a su equivalente digital. Realizados los ensayos y emitido el certificado, los datos de ese certificado se registran sobre el activo digital con el mismo código.

La consistencia de esta tecnología reside en que el registro de las características del activo y su transferencia entre los miembros de la red sigue unos protocolos que aseguran la integridad de la información.

Todos los usuarios que participan en una blockchain generan a la vez el código que identifica a un nuevo elemento, conocido como token, en este caso la copia digital de la muestra de refino. Este código se crea una sola vez y es inalterable. Si alguien intenta modificar el token de un modo no previsto en el protocolo, el código asociado se modificaría, el resto de los usuarios no reconocería el token y se sabría qué integrante de la red lo ha intentado modificar.

Ahorro económico

La estimación de ahorro en el Tech Lab, calculando el porcentaje de muestras con incidencias de 'retrabajo', es de unos 400.000 euros. "Es pura mejora de eficiencia -indicó Malango-, una mejora que sería trasladable a otros departamentos de la compañía con prácticas y disfunciones parecidas".

En verano se realizó un primer piloto de validación con muestras reales para recrear todo el ecosistema y "en abril de 2019 queremos tener implantado el proceso en nuestro centro investigación".

Además de su empleo en los negocios de Refino y Química, "también está en estudio una posible expansión de la metodología a otros negocios, como los lubricantes o el gas licuado del petróleo (GLP)", con certificaciones similares.

La tecnología blockchain sigue sumando aplicaciones en diferentes sectores.

En septiembre se realizó una demostración con presencia de varias partes interesadas. "Estamos en la fase de involucrar a todos los stakeholders, que han valorado la rapidez, la seguridad y el reporte preciso de información que aporta la herramienta".

Otras aplicaciones

En este sentido también subrayó Malango que BlockLabs podría ser de interés para clientes "como el aeropuerto de Barajas, por ejemplo, si quiere conocer en todo momento la calidad de nuestro queroseno de aviación".

Como horizonte, Juan M. Pérez señaló que esta prueba realizada con una blockchain privada de Repsol "se amplíe y los distintos actores de este mercado (compañías energéticas, organismos reguladores y clientes) se integren en una red de certificación global, porque saben que es una fuente de información transparente y confiable".

Los procesos de certificación oficial son el entorno natural de crecimiento para BlockLabs, "pero este proyecto nos permite testar una metodología aplicable a otros negocios que necesitan de un intercambio verificable de información sobre una muestra, como el Trading", afirmó el CEO de la startup.

Las operaciones de compra-venta de barcos de crudos o productos utilizan un gran volumen de documentación y actores, si se pudiera certificar inequívocamente los elementos del proceso en tiempo real y compartido por todos ellos, sería de gran utilidad".

Finboot está trasladando el aprendizaje conseguido en la industria energética a otros sectores con sistemas de suministro y distribución cada vez más complejos, como el negocio de la moda. Una nueva aplicación de su plataforma, dirigida a la certificación de sostenibilidad de los procesos productivos en ese negocio permitirá, "con leer el código de una prenda de ropa, saber con qué material se hizo, dónde o qué características tenían las fábricas", explicó Pérez.

A medio plazo, estos activos digitales se pueden convertir en una herramienta comercial. "Para un combustible de origen 'bio', Repsol puede vender el combustible y además un certificado digital que garantiza ese origen, con sus características de reducción de emisiones", puso como ejemplo Pérez.

La trazabilidad que aporta la tecnología blockchain también puede ser una ventaja competitiva "porque se podría ofrecer a los clientes el seguimiento en tiempo real de cómo se diseña y produce su producto en nuestros procesos ", concluyó Malango.