Hoy se celebra el día mundial del Hábitat, que este año arranca en Baku [Azarbayán] con un evento organizado por la ONU que marca el punto de partida para el “octubre urbano”. Se trata de una llamada de atención a lo difícil que puede resultar la vida en la ciudad.

En total, un mes de información, propuestas y acción con la mirada en la vida en las ciudades y los retos que suponen. El objetivo de este año se centra en “encontrar formas en las que las ciudades puedan recuperarse tras una serie de crisis económicas globales relacionadas con la COVID-19 y los conflictos”, señalan las Naciones Unidas.

¿Qué es el octubre urbano?

El octubre urbano es una iniciativa que busca crear conciencia a través de la participación, generar conocimiento e involucrar a la comunidad internacional para crear un futuro urbano sostenible. Cada año, a lo largo del mes de octubre, se organizan actividades alrededor de la sostenibilidad y desarrollo de los entornos urbanos.

¿Cómo hacer frente a las presiones inflacionarias y financieras en general?

La difícil vida en la ciudad

La ONU considera fundamental analizar todas las dimensiones de la desaceleración que la crisis ha generado en las ciudades. Pero no basta con eso: es preciso pasar a la acción con iniciativas “que conduzcan a la recuperación”.

Por eso, uno de los objetivos de la jornada de hoy y de este octubre urbano es “compartir experiencias sobre cómo hacer frente a las presiones inflacionarias y financieras en general”. 

Estamos en un año particularmente desafiante para las economías urbanas

El año del desafío

“El año 2023 ha sido particularmente desafiante para las economías urbanas”, afirman las Naciones Unidas. Según sus datos, el crecimiento de la economía global en sí está disminuyendo en torno al 2,5%. Una cifra que considera “el crecimiento más débil desde 2001 sin contar la crisis inicial de COVID-19 en 2020 y la crisis financiera global en 2009”.

Por eso, “dada la contribución de las ciudades como impulsoras de la recuperación económica, el futuro de muchos países vendrá determinado por la productividad de sus áreas urbanas”.

Necesitamos ciudades preparadas para futuras crisis económicas

Soluciones

Por eso, la institución considera que “para que este crecimiento y recuperación económicas sean sostenibles, necesitamos ciudades que puedan absorber, recuperarse y prepararse para futuras crisis económicas”. Un factor que “debe reflejarse en el marco de recuperación verde que financie una economía climáticamente neutra en un mundo post-COVID”.

Por eso, la ONU quiere impulsar espacios “en donde se comparten experiencias para construir un marco financiero local para ciudades y comunidades con el fin de distribuir y financiar los fondos existentes en los ámbitos que generen mayor impacto”.

Porque, como señala el Secretario General, António Guterres, “la acción local es vital y la cooperación mundial, indispensable”. Por eso, exhorta: “Comprometámonos a construir asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles para todas las personas, en todas partes".

Acción

Entre las acciones que propone Guterres, se encuentran las iniciativas locales de cero deshechos, que “contribuyen a la creación de economías circulares”.

Además, “las iniciativas públicas para ampliar los espacios verdes permiten refrescar los paisajes urbanos durante las olas de calor”.

Por último, “la acción comunitaria para reducir el desperdicio de alimentos y promover la producción local son clave para la transformación de nuestros sistemas alimentarios”.

El máximo responsable de la ONU advierte de que “aumentar la resiliencia y proteger mejor a las poblaciones vulnerables requiere inversiones mucho mayores en infraestructuras sostenibles, sistemas de alerta temprana y viviendas asequibles y adecuadas para todos”.

Pero “al mismo tiempo, debemos esforzarnos por mejorar el acceso a la electricidad, el agua, el saneamiento, el transporte y otros servicios básicos, al tiempo que invertimos en educación, desarrollo de aptitudes, innovación digital y espíritu empresarial”.

Por eso, “la acción local es vital y la cooperación mundial, indispensable”. Algo que debemos tener en cuenta sobre todo hoy: “En este día mundial del Hábitat, comprometámonos a construir asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles para todas las personas, en todas partes”, pide Guterres.

Unos 1.600 millones de personas en todo el mundo carecen de una vivienda adecuada

Datos sobre el desarrollo urbano y el acceso a la vivienda

La organización calcula que, en 2022, unos 1.600 millones de personas en todo el mundo carecían de una vivienda adecuada. De ellas, 1.000 millones vivían en chabolas.

“Conseguir el acceso a una vivienda adecuada, a los servicios básicas y a la movilidad para todos los residentes en las ciudades hace que se reduzcan la pobreza y la desigualdad, además de contribuir a que las comunidades vivan en armonía, paz y prosperidad”, señala.

Una diferencia que es más acusada que nunca, si tenemos en cuenta que el año pasado 75 millones de personas vivían en condiciones de extrema pobreza. Una cifra superior a la que las previsiones pre-pandemia habían establecido.

La situación se agrava si consideramos que entre 3.300 y 3.600 millones de seres humanos viven en contextos altamente vulnerables al cambio climático. De hecho, la ONU avisa de que “el 70% de las ciudades ya se están enfrentando a las implicaciones medioambientales, sociales y de salud del cambio climático”. En especial, las más vulnerables son las mujeres, niños, personas mayores y con capacidades diferentes.