Era oculista. Pero muy pronto se dio cuenta de que podía ayudar más haciendo fotografías. Cree que conocer a gente de diferentes países y formar parte de sus vidas durante un breve período de tiempo es una gran experiencia y un regalo para él. Nacido en Hong Kong, ha pasado en Canadá toda su vida. Está fascinado por Asia y siempre está deseando regresar allí, en especial a Bangladesh. 

Está convencido de que el mundo no es tan malo como parece, pero tampoco tan bueno. Hay mucho de lo que los occidentales podríamos considerar esclavitud, pero la gente es feliz y capaz de sustentar a sus familias. Lo que, por supuesto, no significa que no debamos seguir luchando para mejorar sus condiciones de vida. Se llama Larry Louie y hemos hablado con él para El Telescopio. 

Puede que no cambies el mundo, puede que solo influyas en un puñado de gente, pero al menos estás cambiando un poco las cosas

¿Cómo empezaste como fotógrafo?
Era oftalmólogo. Pero ya antes de ir a la universidad, siempre quise ser fotógrafo y hablar de cuestiones que eran importantes para mí. Supongo que fui a un montón de sitios, como Bangladesh y me di cuenta de que no estaba interesado en fotografía la belleza, estaba interesado en la vida cotidiana de la gente y cómo son capaces de vivir y sobrevivir en condiciones tan extremas.

Pero lo que realmente comenzó todo, fue cuando empecé a trabajar con diferentes oenegés. Una de ellas se llama SEVA, de Vancouver, y proporcionan servicios oftalmológicos por el mundo. Siendo oculista, era el trabajo perfecto para mí. 

Refugiados del campo de Rohingya. Foto: Larry Louie
Refugiados del campo de Rohingya, en Bangladesh. Foto: Larry Louie.​
 

Entonces, ¿empezaste con ellos como oftalmólogo?
Fui a Vancouver y me propusieron trabajar con ellos. Pero no en términos de cuidados oftalmológicos, sino para traer imágenes que pudieran utilizar para comunicar los proyectos a sus patronos y recabar fondos para la oenegé. Poco a poco salió más trabajo con ellos y, finalmente, rompí un poco con eso y preferí hacerlo por mí mismo. 

Mi mujer y yo viajamos a esos sitios y documentamos las condiciones vitales y laborales; y, a la vez, generamos fondos para pequeñas organizaciones que ayudan directamente a esas personas.

Creo que una foto cambia las cosas, porque visualmente es muy potente

Pero, ¿cómo ayuda realmente tu fotografía a esta gente?
Es una manera genail de transmitir información al público. La persona media puede estar leyendo un periódico o viendo un programa de televisión, pero cuando conoces a alguien que ha estado allí, como yo mismo, en las minas de sal o en un campo de refugiados de Bangladesh, una fotografía tiene mucha fuerza, hace que las personas cambien su manera de pensar. 

El ejemplo perfecto es la foto del chico de oriente medio muerto en la playa. Eso hizo que muchos países europeos abrieran sus puertas a los refugiados. Creo que una foto cambia las cosas, porque visualmente es muy potente.

Minas de sal en Indonesia. Foto: Larry Louie
Minas de sal en Indonesia. Foto: Larry Louie

Incluso en un mundo lleno de vídeos.
Vemos un montón de vídeos. Pero cuando ves una fotografía fija, tiene más impacto. Creo que merece la pena hacerla. Todavía creo en ello. Puede que no cambies el mundo, puede que solo influyas en un puñado de gente que ha visto tu fotografía, pero al menos estás cambiando un poco las cosas.

No puedes ayudar a todo el mundo en todo, es imposible. Pero incluso ayudar a un grupo pequeño de personas es muy importante para mí. Aunque solo sea mostrar lo duro que es el trabajo de las oenegés en esos entornos. 

La gente está alardeando en las redes sociales de lo fantásticas que son sus vidas y tú vas exactamente en sentido contrario. ¿Cómo te hace sentir eso? 
Lo curioso es que una persona normal no quiere verlo. Apartan la vista. Pero sabes que captarás la atención de ciertas personas. No es algo popular, pero creo que es esencial hacerlo: comunicar cómo me siento con respecto al mundo, lo que he visto, lo que quiero mostrar.

Habrá un puñado de personas que dirán: "Wow, es increíble. Quiero ayudar, ¿cómo puedo ayudar?". Incluso si solo consigues que una persona incremente su conocimiento del mundo que la rodea y que haga algo, no importa lo pequeño que sea lo que hagan, eso llegará a otra persona y, con un poco de suerte, hará que tenga más y más exposición. Es un proceso muy lento, pero aun así merece la pena hacerlo. 

Terremoto en Nepal, abril de 2015. Foto: Larry Louie
Terremoto en Nepal, abril de 2015. Foto: Larry Louie.

¿Es la tristeza el verdadero problema?
El mayor problema que yo he visto no es que las personas estén tristes. De hecho, son gente bastante feliz. Son los gobiernos que controlan esos países los que me han demostrado que la mayoría no son tan buenos. 

Pero tú dices que la mayoría son felices...
No son gente triste. Los occidentales pensamos: "Dios mío, ¿cómo puedes ser feliz en ese entorno?". Y es como si esa gente dijera: "¿Cómo puedes trabajar todo el día delante de un ordenador?, ¿cómo puedes ser feliz así?".

Para mí, la felicidad no tiene que ver solo con el trabajo, tiene que ver con tu satisfacción con la vida y si tienes el apoyo de tu familia y amigos y todos buscáis una meta común. Eso es la felicidad. No tiene nada que ver con el dinero. Sé que es un cliché, pero la mayoría de la gente más triste es bastante rica. 

Lo que intento transmitir con mi fotografía y mis clases es: sí, ahí fuera la cosa es dura, hay un montón de sitios que los occidentales no llegamos a ver. Pero, al final del día, esas personas son muy felices. La mayoría de las fotografías que he hecho muestran trabajo duro, pero no gente triste. Excepto, quizá, en el campo de refugiados.

¿Qué pasa cuando te marchas y sabes que ellos se quedan en esas condiciones?
No intentas cambiar a todo el mundo. Esa gente tiene que vivir y trabajar allí. No tienen elección. Si la tuvieran, estarían haciendo algo menos duro. Pero hay un montón de gente que vive y trabaja en esos sitios y tienen que sostener a sus familias que están en otros lugares y no tienen la educación ni los medios para hacer algo distinto. Son víctimas de su situación. Vas ahí, simpatizas con ellos, los ayudas un poco, pero sus condiciones van a seguir siendo las mismas. A menos que consigas a suficiente gente dispuesta a ir contra el gobierno o contra la gran corporación, la sociedad no va a cambiar. 

Más fotografías de Larry Louie en su web