Han pasado 64 años desde la Declaración Universal de los Derechos del Niño [1959] y todavía no hemos conseguido que se respeten todos los derechos de la infancia. En todo el mundo, se ven envueltos en injusticias como el matrimonio infantil, la guerra, la esclavitud, el hambre y la falta de educación.

Todo niño tiene derecho a la salud, la educación, la protección. Además, las sociedades deben participar en ampliar las oportunidades de desarrollo durante la vida de los niños”, recuerdan las Naciones Unidas.

En el mundo, 1 de cada 6 niños vive en condiciones de pobreza extrema

Niños y niñas sin derechos

La institución advierte: “Aun así, a millones de ellos en todo el mundo se les niega o limita el acceso a este tipo de oportunidades por el país, el sexo o las circunstancias en las que han nacido”.

Una de las causas es que “la pobreza los afecta de manera desproporcionada”. Según datos de la ONU, 1 de cada 6 menores vive “en un contexto extremo de carencias” y sobrevive con menos de 1,90 dólares al día.

Las consecuencias de esa falta de recursos son desgarradoras: “Sus familias no pueden pagar la atención sanitaria que necesitan o la nutrición que precisan para su correcto desarrollo. Privaciones que dejan una huella duradera; en 2019, casi 149 millones de menores de cinco años sufrían retraso en el crecimiento”.

La falta de acceso a la educación cimenta las profundas desigualdades desde el comienzo de sus vidas

Educación

Otro de los grandes problemas, por su capacidad para mejorar las condiciones de vida, es la educación. La ONU afirma que “a pesar del gran progreso en escolarización que se ha visto en muchas partes del mundo, más de 175 millones no están matriculados en educación preescolar”.

Esa situación marcará el resto de su existencia: “Perderse esta etapa educativa fundamental para su desarrollo tiene un impacto enorme y cimenta las profundas desigualdades a las que se enfrentan desde el comienzo de sus vidas”.

La UNESCO, en base a datos de 2017, señala que 6 de cada 10 abandonan la escuela primaria sin alcanzar los niveles mínimos de lectura y matemáticas. “Un desafío que es agravado por la duración cada vez mayor de los conflictos armados”, subraya la ONU.

La situación en Gaza está teniendo un impacto catastrófico en los niños

La guerra

Las guerras son una de las condiciones que más agravan su situación de vulnerabilidad. Según datos de las Naciones Unidas, más de 400 millones de menores viven en países o zonas afectadas por los conflictos armados.

“Millones de niños y niñas de todo el mundo, muchos de ellos solos o separados de sus familias, son desplazados por los conflictos armados. Como resultado, se encuentran en una situación de riesgo y vulnerabilidad extrema en - o alrededor - de campamentos y otras zonas de refugiados”, recuerda la institución.

Los últimos datos de UNICEF indican que más de la mitad del millón y medio de personas desplazadas en la Franja de Gaza son niños y niñas. “Carecen de agua, alimentos, combustible y medicinas. El conflicto ha destruido sus hogares y ha destrozado familias enteras”.

La institución destaca la urgencia de la situación: “La escalada de las hostilidades en la Franja de Gaza está teniendo un impacto catastrófico en los menores y las familias. La población infantil está muriendo a un ritmo alarmante. Se cree que miles han muerto y otros tantos han resultado heridos”.

Un niño muere cada siete minutos como resultado de la violencia

Violencia contra los niños

“El derecho de los niños y niñas a la protección contra la violencia está consagrado en la Convención sobre los Derechos del Niño. Sin embargo, mil millones de ellos sufren cada año alguna forma de violencia emocional, física o sexual. Y uno muere cada siete minutos como resultado de la violencia”, afirma la ONU.

La institución asegura que “la crueldad contra los niños no conoce límites de cultura, clase o educación. Ocurre en las instituciones, las escuelas y el hogar. La violencia entre menores también es una preocupación, al igual que el aumento del acoso cibernético”.

Una situación ante la que están solos: “Los niños expuestos a la violencia viven aislados, en soledad y aterrorizados, sin saber dónde encontrar ayuda, especialmente cuando el culpable es alguien cercano. El género, la discapacidad, la pobreza, la nacionalidad, el estatus migratorio o el origen religioso aumenta el riesgo de estar expuestos a situaciones de violencia y son especialmente vulnerables los más jóvenes, ya que son menos capaces de expresarse y buscar apoyo”.