“Con el 90% de las grandes especies marítimas de peces mermadas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos, estamos extrayendo más del océano de lo que se puede reponer. Debemos trabajar juntos para crear un nuevo equilibrio en el que no agotemos todo lo que este nos ofrece, sino que restauremos su vitalidad y le devolvamos una nueva vida”. Esa es la advertencia y la recomendación de las Naciones Unidas en el Día Mundial de los Océanos.

Hoy queremos contarte cuáles son los principales peligros que los amenazan y algunos consejos para que pongas tu granito de arena para su recuperación.

Te ofrecemos diez consejos para cuidar los océanos

Así puedes cuidar los océanos

  1. Reduce el consumo de plástico. Es una de las principales fuentes de contaminación en los mares. Opta por alternativas reutilizables y evita el uso de productos de un solo uso, como bolsas, botellas y pajitas. Esto ayudará a reducir la cantidad de desechos que dañan la vida marina.
  2. Recicla adecuadamente. Asegúrate de llevar al contenedor correspondiente los productos de plástico, papel, vidrio y metal. El reciclaje adecuado ayuda a reducir la cantidad de residuos que terminan en los vertederos y, potencialmente, en el mar. Asegúrate de seguir las directrices de reciclaje de tu comunidad y separar los materiales de manera correcta.
  3. Participa en limpiezas de playas. Únete a iniciativas de limpieza de playas y costas en tu área. Estas actividades ayudan a eliminar la basura existente y previenen que llegue al agua. Al participar, puedes contribuir directamente a mantener los ecosistemas costeros saludables y proteger la vida acuática.
  4. Consume pescado de manera responsable. Asegúrate de elegir alimentos procedentes de fuentes sostenibles. Busca productos certificados por programas como el Marine Stewardship Council (MSC), que garantizan que el pescado ha sido capturado o criado de manera responsable, sin dañar los ecosistemas marinos.
  5. Evita productos con ingredientes derivados de especies en peligro de extinción. Al comprar artículos como cosméticos, suplementos alimenticios o artesanías, verifica que no contengan ingredientes derivados de especies en peligro de extinción, como coral, conchas o productos de origen animal protegidos.
  6. Utiliza productos de limpieza y cuidado personal respetuosos con el medio ambiente. Busca opciones biodegradables y libres de químicos dañinos. Muchos de los convencionales contienen ingredientes que pueden ser tóxicos para la vida marina una vez que se enjuagan y llegan a los océanos a través de los sistemas de alcantarillado.
  7. Ahorra agua. El agua dulce es un recurso escaso y valioso. Reducir su consumo en tu hogar ayuda a conservar este recurso vital y a mantener los ecosistemas acuáticos saludables. Cierra el grifo mientras te cepillas los dientes, instala dispositivos de ahorro de agua en grifos y duchas, y reutiliza el agua siempre que sea posible.
  8. Respeta los hábitats marinos. Al visitar la playa, los arrecifes de coral u otros ecosistemas costeros, asegúrate de no dañar los hábitats marinos. Evita tocar o llevarse conchas, no camines sobre los arrecifes de coral y mantén una distancia segura de aves y mamíferos.
  9. Conciencia a los demás. Comparte tu conocimiento sobre la importancia de cuidar los océanos con amigos, familiares y comunidad. Educa a otros sobre los problemas de la contaminación y cómo pueden contribuir a su protección. El cambio comienza con la conciencia y la acción individual.
  10. Apoya a organizaciones y proyectos de conservación marina. Si puedes, dona o colabora con quienes trabajan en la investigación, protección de especies, educación y promoción de políticas ambientales. Tu apoyo puede marcar la diferencia en la protección de los océanos para las generaciones futuras.

Cada año, se vierten entre 8 y 12 millones de toneladas de plástico en los océanos

Amenazas

  • Cada año, se vierten entre 8 y 12 millones de toneladas de plástico en los océanos. Es una de las formas más comunes de contaminación y puede causar daños graves a la vida marina, así como a los ecosistemas costeros, como señala el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
  • La "gran mancha de basura del Pacífico" es una vasta área de basura flotante, ubicada entre California y Hawái. Tiene aproximadamente el doble del tamaño de Texas y contiene principalmente plásticos en descomposición. Su existencia es un ejemplo impactante de la contaminación plástica.
  • La contaminación química procedente de la industria y la agricultura también afecta a los océanos. Los pesticidas y los productos químicos industriales se transportan a través de ríos y afluentes hacia el mar, donde pueden acumularse en los tejidos de los organismos marinos y causar daños a largo plazo.
  • Se estima que entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de petróleo llegan a los mares cada año, como resultado de actividades humanas. Los derrames de crudo, ya sean accidentales o como resultado de la extracción y transporte de esta materia prima, causan graves daños a los ecosistemas marinos y a la vida silvestre.
  • La contaminación por nutrientes, como el exceso de nitrógeno y fósforo, puede provocar la proliferación de algas nocivas. Estas floraciones pueden agotar el oxígeno en el agua y crear zonas muertas, donde la vida marina no puede sobrevivir.
  • Los desechos marinos, como las redes de pesca abandonadas, representan una gran amenaza para la vida marina. Estos "fantasmas de la pesca" continúan atrapando y matando animales marinos, lo que afecta la biodiversidad y la salud de los ecosistemas marinos.
  • La contaminación acústica submarina causada por el ruido humano, como el tráfico de barcos y la exploración sísmica, puede tener un impacto perjudicial en las especies sensibles al sonido. Puede interrumpir la comunicación, la alimentación y la reproducción de los animales marinos, y en algunos casos, incluso causar daños físicos.
  • El consumo excesivo de recursos pesqueros está llevando a la sobrepesca en muchos océanos del mundo. Se estima que aproximadamente el 33% de las poblaciones de peces comerciales están sobreexplotadas, lo que amenaza la seguridad alimentaria y la sustentabilidad de la pesca.
  • La acidificación de las aguas es otro efecto preocupante de la contaminación. La absorción excesiva de dióxido de carbono (CO2) está aumentando la acidez, lo que puede tener efectos negativos en los organismos marinos con conchas o esqueletos de carbonato de calcio, como corales, moluscos y plancton.
  • Los microplásticos, pequeñas partículas que resultan de la descomposición de objetos más grandes o que se encuentran en productos de cuidado personal, también están presentes en los océanos. Estos microplásticos pueden ser ingeridos por la vida marina y terminar en la cadena alimentaria, con posibles efectos negativos para la salud humana.