En países como España, a veces cuesta imaginar que haya personas que vivan en hogares con suelos de tierra, sin cemento, sin parquet, ni plaqueta ni nada por el estilo. Sin embargo, esta situación, que tiene un impacto negativo en la salud de quienes la sufren, es mucho más normal de lo que parece en otras zonas del planeta, como Latinoamérica y el Caribe. Allí, es la realidad cotidiana de más de 50 millones de personas.

Hábitat para la Humanidad ha proporcionado 20.000 viviendas más seguras en más de 70 países
Hemos hablado con Cesarina Fabián, directora nacional de Hábitat para la Humanidad de la República Dominicana. Esta ONG ha proporcionado viviendas más seguras a personas en situación de riesgo y pobreza de más de 70 países.
El proyecto ha sido el ganador de los premios sociales MAPFRE en la categoría de Impacto social, que entregará la reina doña Sofía el próximo 8 de octubre, en Madrid.
En República Dominicana, el proyecto ya ha mejorado 3.250 suelos y ha beneficiado a casi 100.000 personas
Transformar vidas
La iniciativa 100.000 pisos para jugar ya ha transformado casi 20.000 hogares en los que ha reemplazado los suelos [pisos, en República Dominicana y otros países latinos] de tierra, por otros de hormigón.
Los resultados, según la propia organización, suponen un incremento de hasta el 80% de las horas de juego de los niños en casa, lo que puede llegar a suponer un desarrollo cognitivo de hasta el 96%, frente al 36% con los suelos de tierra.
En República Dominicana, el proyecto ya ha mejorado 3.250 suelos y ha beneficiado a casi 100.000 personas. “Son familias que están en la base de la pirámide, que no tienen capacidad de pago, tienen lo justo para subsistir”, explica Fabián.
Ahorro
Las ventajas para las familias no solo se perciben en el ámbito de la salud, también en el económico: “Han reducido sus gastos en un 79%, principalmente los gastos médicos, enfocados en los niños y los ancianos”.
Según explica, “al tener un suelo de tierra, las enfermedades parasitarias y pulmonares estaban latentes”. Y una mejor salud, en el caso de los niños, supone una reducción del absentismo escolar en un 15%.
Fabián asegura que la organización va a seguir con el proyecto, porque se calcula que hay 69.000 suelos de viviendas en República Dominicana que deben ser sustituidos y unos 10 millones en Latinoamérica.
Reparación de la vivienda
El proyecto se extiende también a otros aspectos de la vivienda. Por ejemplo, los techos, en los que según Fabián, “el déficit es altísimo, igual que los muros o los baños”.
La construcción de esos baños es uno de los puntos clave para mejorar la calidad de vida: “Tú das por hecho que las viviendas deben tenerlo, igual que deben tener el suelo de hormigón. Pero no. Los estudios que hemos realizado, sobre todo en las regiones de la frontera, que son las más deprimidas, el déficit de baño ronda los 30.000 o 35.000”.
Además, en el caso de la República Dominicana, se suma la amenaza de los huracanes: “Cada vez que entramos a la temporada ciclónica, esas viviendas son las que sufren mayor impacto, precisamente por su vulnerabilidad”. Por eso, el trabajo también incluye una capacitación de las familias y las comunidades.
Trabajo prolongado
La labor de Hábitat no se queda solo en una acción concreta: “Hay comunidades en las que hemos estado 10 y 12 años. Te vas dando cuenta, por el testimonio de las familias de que va mejorando su calidad de vida y se lo dicen a sus vecinas y a sus hermanos”.
La selección de los beneficiarios se realiza a través de las propias comunidades: “Ellos saben quién es la viuda, quién es la madre soltera, en qué casa hay una persona discapacitada. Ese es el levantamiento social. Luego tenemos el técnico, en el que analizamos cómo entramos para mejorar la vivienda”.
Hábitat también cuenta con alianzas con instituciones de microfinanzas para viviendas en toda Latinoamérica. “El 80% de los programas incluyen facilitar a las familias el acceso a un pequeño crédito”. El objetivo es que las familias consigan la financiación a un precio por debajo del de mercado. Este modelo también hace que las familias incrementen sus conocimientos financieros.