Javier Goikoetxea es el CEO de Next Mobility y lleva más de un cuarto de siglo creando soluciones para la movilidad, a través de los datos. “Desarrollamos tecnología a partir de casos de uso que vemos”, explica, “y siempre muy pegada al dato”.

La tecnología está haciendo que la movilidad sea más segura y más eficiente
La compañía acaba de publicar el informe Digitalización y conectividad en la industria automotriz: panorama actual y perspectivas futuras, en el que se recogen cómo estas dos tendencias tecnológicas están transformando el sector. Spoiler alert: la tecnología está haciendo que la movilidad sea más segura y más eficiente.
En España vamos un poquito por detrás, porque hacemos parte del trabajo y otra no
España, a la zaga
“Como en casi todo, en España vamos un poquito por detrás, porque hacemos parte del trabajo y otra no. Los coches que vienen de fuera de la Unión Europea [UE], que son fundamentalmente coches chinos, cuentan con mucha tecnología”, explica Goikoetxea.
Esta situación viene marcada por la legislación de la UE, que -desde 2022- exige que los vehículos comercializados estén conectados. “Pero, la infraestructura y los stakeholders del mundo del automóvil no están conectados”.
Como consecuencia “falta una parte del servicio del coche, que solo puede dártelo si está conectado con algo. Si solo se conecta consigo mismo, te puede dar información, pero no es tan eficaz, no te puede ayudar a resolver problemas”.
Tráfico conectado
“Existe la tecnología, está todo hecho. Solo falta conectarlo”, explica. Pone, como ejemplo, un vehículo conectado a los semáforos, lo que hace que estos últimos “no tengan siempre la misma frecuencia, sino que se abren o cierran en función de la densidad de tráfico”.
En las zonas reguladas, “debería ser el coche el que se diese cuenta y sacase el ticket correspondiente de manera automática”. Otra funcionalidad que debería existir es “que sea el propio vehículo el que se ponga en contacto con el taller y comunique una posible avería o que realizar un mantenimiento”.
Barreras
Un punto clave para el desarrollo de estas funcionalidades es la regulación. “En el ámbito del vehículo autónomo, nos falta normativa. Pero en el de inteligencia artificial [IA], nos sobra. A veces regulamos aquello que no sabemos hasta dónde puede llegar, como en el caso de la IA; y sin embargo, prácticamente no tenemos experiencias de coche autónomo en España, porque todavía no hay legislación que lo permita”.
Goikoetxea explica cómo en países como Estados Unidos, “ya hay varias ciudades que han optado por el modelo de “robotaxis”, que son completamente autónomos”. Y añade: “Si en el 2030 se espera que un porcentaje alto de los vehículos sean autónomos; y, en 2035, que 1 de cada 3 coches lo sea, ya vamos un pelín tarde”.
Más lento de lo esperado
“Llevo muchos años en el sector de la movilidad. Algunas cosas que decíamos hace 10 o 15 años que sucederían ahora, están ocurriendo. Para mí la clave es ver la tendencia, no tanto el tiempo en el que se va a ejecutar algo, sino la tendencia”, razona cuando le pregunto si vamos más lento de lo esperado.
En el caso de España, “el vehículo eléctrico debería tener más o menos el doble de presencia, pero vamos más lentos. Sin embargo, su recorrido es imparable, porque los gobiernos están apostando de manera decidida y los fabricantes chinos, principalmente, están inundando el mercado mundial, a un precio razonable o incluso mejor que uno de combustión, cosa que hace 2 o 3 años no sucedía”.
China, líder
Esa prevalencia de la industria china en los mercados mundiales es consecuencia de que “llevan 10 o 12 años desarrollando vehículos eléctricos y tienen mucha más experiencia que nosotros. Los fabricantes europeos se están dejando comprar, porque si no, desaparecen”.
Marcas como Volvo ya pertenecen a conglomerados del gigante asiático. “Poco a poco, los chinos, que tienen mucha capacidad de inversión y han sido históricamente muy listos en copiar, nos están enseñando los dientes; ahora no necesitan copiar, tienen mejor tecnología, más capacidad y el conocimiento que falta en Europa”. Esa ventaja también se refleja en el ámbito del conocimiento
Y, por supuesto, en el precio: “Europa no puede competir con los precios de los vehículos chinos. Los estamos parando con los aranceles, pero llegará un momento en el que habrá que romperlo. Y, cuando suceda, en vez de comprarte por 18.000 euros un utilitario normalito, vas a tener un uno que va a ser como una nave espacial, sin alas”.
Demasiada regulación
“Soy muy crítico con Europa, en el sentido de que hemos montado un ente que regula tanto, que encorsetamos todo”. Reconoce que tiene que existir esa regulación, “pero no tanto como para que nos pasen otros países por la derecha. Porque no vamos a poder competir”, afirma.
Y matiza: “No digo que se cierre ni que se abra todo el mercado, pero pongamos un poco de sentido común. Tenemos que dotar a Europa de determinados elementos, porque al final, nos han atado de pies y manos”.