El jugador gunner se ha convertido en una pieza fundamental del esquema de Mikel Arteta, y en el partido del pasado domingo se demostró. Con la plaga de lesiones que tiene en la zona de arriba, Mikel Merino se ha descubierto (ya desde la temporada pasada), como una opción bastante fiable para presionar, asociarse y hacerse con todos los balones aéreos que le colocan. En su último partido ante el Chelsea, el de Pamplona marcó el gol del empate, tras un gran centro de Saka y pudo anotar el gol que le daba la victoria a su equipo, pero una gran mano de Robert Sánchez le quitó su doblete.

De Pamplona al resto del mundo

Mikel Merino, en la temporada 14/15 con tan solo 18 años, se hizo con un puesto en el centro del campo del Osasuna, que en ese momento se encontraba en segunda. Esa temporada disputó 29 partidos, la mayoría de ellos saliendo como titular y ayudó al equipo a mantener la categoría, quedando a tan solo un punto de descender a la tercera división del fútbol español. A la siguiente temporada, se afianzó definitivamente en el primer equipo rojillo, logró un sexto puesto que le dio la oportunidad de jugar el Play-Off de ascenso y tras dos victorias ante el Nastic y Girona, el conjunto pamplonés volvió a la máxima categoría.

Uno de los equipos que mejor ficha, el Borussia Dortmund, se fijó en el joven centrocampista y se hizo con sus servicios a cambio de 3,75 millones de euros. En el Signal Iduna Park, no tuvo mucha participación, jugando tan solo nueve partidos, dos de ellos de titular. En Alemania, ganó su primer gran título, la DFB Pokal de la temporada 16/17.

Viendo que no iba a contar mucho para Peter Bosz, el navarro pidió salir del equipo. El conjunto que apostó por él fue el Newcastle, que se hizo con sus servicios por una cesión con valor de 2,5 millones de euros. Con las hurracas, tuvo una mejor participación jugando 25 partidos, 15 de ellos de titular, pero al final de la temporada dejó de ser importante para Rafa Benítez. Aún así, el conjunto inglés al finalizar la cesión fichó definitivamente al jugador a cambio de 7 millones.

Su explosión en Donosti

Tan solo 11 días después de su fichaje con las hurracas, apareció el club donde el navarro desarrollaría su mejor fútbol. La Real Sociedad vio en él al jefe del centro del campo que necesitaban para mejorar como equipo. El conjunto donostiarra, fichó al centrocampista a cambio de 12 millones de euros. Fue en Anoeta donde Mikel comenzó a sentirse importante. Fue el cuarto jugador de la plantilla que más minutos disputó, con un total de 2200 minutos.

En la Real Sociedad, desplegó su mejor fútbol creando una dupla galáctica con Martin Zubimendi. En la temporada 19/20 se convirtió en la mejor del centrocampista. 43 partidos disputados, seis goles y una asistencia, pero lo mejor no fueron sus números. La Real llegaba a una final histórica contra el Athletic de Bilbao, pero la pandemia provocó que se jugase al año siguiente. Finalmente, el conjunto dirigido por Imanol Alguacil venció en la final a su aférrimo rival con un solitario tanto del capitán, Mikel Oyarzabal.

Pasaron las temporadas y el centrocampista estaba cada vez más a gusto en Donosti, pero en el verano de 2024 llegó una oferta muy jugosa para el club que no podían rechazar. El conjunto dirigido por Mikel Arteta se fijó en él para ser una pieza clave del centro del campo y lo fichó por 32 millones de euros. En la Real, disputó 242 partidos y se hizo un nombre en un club que le permitió jugar Champions y llegar a una fase final de Europa League.

Un "delantero" poco convencional

Desde su fichaje en agosto de 2024, Merino aterrizó en el Arsenal procedente de Real Sociedad con la expectación de reforzar el centro del campo. El club pagó cerca de 32 millones de libras (con complementos) por su incorporación. Su llegada coincidió con un momento en que Arteta buscaba un perfil maduro y versátil para dar solidez a la medular y, a la vez, aportar experiencia.

En cuanto a su versatilidad, Merino cumple con creces. Principalmente se utiliza como mediocentro tipo volante, con libertad para jugar como mediocentro izquierdo, o incluso retrasarse como pivote. Pero su valor añadido ha venido con su capacidad para adaptarse cuando el equipo lo necesita: gracias a su físico, buen juego aéreo y llegada al área, Arteta no dudó en colocarlo en ocasiones como falso nueve o delantero de emergencia. Esta flexibilidad táctica no solo le permite al Arsenal afrontar distintos escenarios de partido, sino que le da a Merino un papel clave en transiciones, conexiones ofensivas y también en situaciones defensivas o de balón parado.

Merino ya no es solo un refuerzo más, sino que es una pieza estratégica que ofrece a Arteta alternativas tácticas, solidez en el medio y capacidad ofensiva cuando es necesario.

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