El debate sobre los salarios en el fútbol suele centrarse en las estrellas actuales, pero cada cierto tiempo surge una pregunta que conecta pasado y presente: cuánto ganaría Maradona en 2025 si jugara en el fútbol moderno. No es un ejercicio de nostalgia, sino de economía aplicada. Ajustar el sueldo de Maradona, el contrato de Alfredo Di Stéfano y la proyección salarial de Johan Cruyff a la inflación permite entender cómo ha evolucionado el negocio del fútbol y qué tipo de talento se paga hoy.

Un contexto totalmente diferente

El contexto económico del fútbol moderno es radicalmente distinto al que conocieron estas leyendas. Hoy, los derechos televisivos, el patrocinio global y el marketing digital sostienen cifras que hace décadas habrían sido impensables. Sin embargo, en su época, Maradona, Di Stéfano y Cruyff ya eran los futbolistas mejor pagados dentro de los límites del mercado de entonces.

Alfredo Di Stéfano fue el eje del Real Madrid que dominó Europa en los años cincuenta y sentó las bases de un club global. Johan Cruyff representó una revolución futbolística y cultural que trascendió el césped. Diego Armando Maradona encarnó el fútbol como fenómeno social, capaz de transformar al Nápoles y a toda una ciudad desde el talento puro y el carisma.

Hablar hoy del sueldo de Maradona exige entender su impacto. No solo decidía partidos, generaba ingresos, atención mediática y un vínculo emocional con la afición que hoy sería oro para cualquier club. Di Stéfano aportaba liderazgo, regularidad y una mentalidad ganadora que justificaría un contrato de élite. Cruyff añadía una dimensión intelectual y estética que el fútbol actual valora cada vez más.

Serían de los mejores pagados del mundo

Es a partir de este contexto cuando las cifras ajustadas a 2025 cobran sentido. Si Maradona jugara hoy en un club como el Nápoles, su salario anual rondaría los 25 millones de euros, lo que se traduciría en algo más de dos millones mensuales y cerca de medio millón de euros por semana. Una cifra coherente con su capacidad para cambiar la dimensión deportiva y económica de un proyecto.

En el caso de Alfredo Di Stéfano, su sueldo en el Real Madrid actual se situaría en torno a los 18 millones de euros por temporada, con un contrato que premiaría liderazgo, continuidad y jerarquía competitiva. No sería el futbolista mejor pagado de 2025, pero sí uno de los pilares salariales del vestuario.

Johan Cruyff ocuparía una posición intermedia. Su salario ajustado a la inflación se movería alrededor de los 20 millones de euros anuales, reflejando no solo su rendimiento, sino su influencia en el estilo, la formación y la identidad de club. En el fútbol moderno, ese valor intangible también cotiza.

Más allá del salario deportivo, la fortuna de Maradona en el entorno actual se habría multiplicado gracias a patrocinadores globales, acuerdos culturales y presencia mediática constante. Di Stéfano tendría un perfil más institucional, ligado a marcas tradicionales y al prestigio del club. Cruyff, en cambio, encajaría perfectamente en un modelo de ingresos mixtos, combinando patrocinio con proyectos formativos y educativos.

El estilo de vida de cada uno también marcaría diferencias. Maradona habría sido una figura omnipresente, con propiedades de lujo y una vida pública intensa. Di Stéfano mantendría un perfil más sobrio y estable. Cruyff destacaría por inversiones relacionadas con academias, fundaciones y desarrollo del fútbol base, más que por la ostentación.

La conclusión es clara: si jugaran en 2025, los tres estarían entre los futbolistas mejor pagados 2025, pero por motivos diferentes. El sueldo de Maradona premiaría impacto y magnetismo global. El contrato de Di Stéfano recompensaría liderazgo y continuidad. La fortuna de Cruyff crecería gracias a su legado cultural y deportivo.

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