"Seriedad", nada de "conejos para chisteras deslucidas" y "dialogante". Así se ha definido a sí mismo este sábado en Barcelona Mariano Rajoy. Aunque su partido es, en la actualidad, un polvorín a punto de estallar, salpicado en diferentes comunidades autónomas por presuntas tramas de corrupción que, según las investigaciones, conducen a la propia sede central; a pesar de que es la formación que más ha caído en unas elecciones generales, de que existe una guerra de egos entre sus ministros y de que ni siquiera hay trato entre él y su predecesor y presidente de FAES, José María Aznar, Rajoy habla de seriedad. 
La segunda de las expresiones que ha utilizado ha sonado a magia con truco, salvo claro está, en el recinto donde ha presentado las medidas para el 26J, con un público compuesto por acólitos de la formación por cargo o simpatía. Estos aplaudieron a rabiar todas y cada una de las propuestas. No ha recurrido al "puedo prometer y prometo", pero sí a una retahíla de compromisos que, en algunos supuestos, chocan, por ejemplo, con lo que se supone que marcarán desde Europa tras la vuelta a las urnas.
"Vamos a bajar los impuestos"
Curioso lo de "conejos para chisteras deslucidas" al lado de un anuncio de bajada de impuestos que, según los expertos, tiene difícil articulación con la coyuntura económica creada, precisamente, por el Gobierno de Rajoy. Sin ir más lejos, la formación que ideológicamente podría situarse próxima a los 'populares', la que preside Albert Rivera, anunció hace ahora una semana la imposibilidad de incluir la rebaja del IVA en su programa, tal y como había hecho en diciembre, por la situación fiscal dejada por el PP.  
Pero a Mariano Rajoy esto le da igual, no en vano, antes de aquel 20D uno de sus dirigentes, González Pons, realizó el anuncio de la creación de millones de puestos de trabajo en esta legislatura. Por si quedaba alguna duda de esa seriedad frente a otros, el líder 'popular' ha asegurado que él nunca prometerá como hacen otras formaciones "señuelos" ni "nada que no sea serio" para alcanzar el poder, insistiendo, eso sí, la medida que diferencia al PP de todos los demás, es la bajada de impuestos.
Rodillo y leyes sin consenso
El tercero de los autocalificativos que se ha dado este sábado es el de "dialogante", un término llamativo para alguien al que se ha acusado durante su paso por Moncloa de tirar de rodillo de la mayoría aprobando leyes con la posición contraria de la totalidad de formaciones con representación en el Congreso. A diferencia de aquellos años, ahora Rajoy habla de su "moderación" y propone "diálogo" para impedir "vetos sectarios". 
Por no faltar no ha faltado en el acto en la Ciudad Condal ni el guiño al Ejecutivo de la Generalitat, sobre el que ha dicho que su Gobierno has sido más "leal" con la admintración catalana que uno de los socios que sostienen la entente independentista, es decir, la CUP. Así, ha apostado por "dar pasos" para el "reencuentro" entre España y Cataluña, "con buena fe y lealtad" y ha prometido tener "la mano tendida, no para burlar la ley, sino para construir juntos el futuro".
En definitiva, el líder del PP ha presentado sus 26 medidas estrella de cara al 26J consciente de la imposibilidad de otra mayoría y de que una parte del electorado le será fiel más allá de incumplimientos y casos de corrupción.