Cayo Lara, al pasar el testigo a Alberto Garzón, el pasado 4 de junio puso en palabras nítidas y concisas un sentimiento que se alberga en muchos militantes de Izquierda Unida: “Alberto -dijo-, has sido, eres y serás mi candidato a la Presidencia del Gobierno; me va a costar votar en estas elecciones, pero votaré el día 26 como si fueras tú quien encabezara la lista de Madrid, porque aunque vayas de cinco, sigues siendo mi candidato”.

Tragar un sopa en forma de papeleta

En román paladino, en la Asamblea Federal con la que se despedía de su reinado en Izquierda Unida, Cayo Lara proclamaba al mundo que el 26J tendrá que tragarse un sapo cuando deposite en la urna la papeleta de Unidos Podemos. Que lo haría por disciplina.

Y no es el único. Gaspar Llamazares, tan poco cercano a Lara, había dicho lo mismo, aún con menos delicadeza: “que Alberto Garzón ocupe el número cinco es un agravio a IU”.  En Izquierda Plural, uno de sus líderes, Tasio Oliver, mostraba la misma resignación ante el ‘matrimonio de conveniencia’: “es preferible un mal acuerdo que un divorcio de izquierdas”, había dicho resignado.

Candidatos inadecuados

Los mismos crujidos se han manifestado entre la militancia. Especialmente allí donde históricamente Izquierda Unida ha sido una fuerza potente o dominante. En Andalucía, por ejemplo, donde su peso ha sido histórico e incluso gobierna en un buen número de municipios... O en una población como la alcarreña Azuqueca de Henares, donde se conocen todos y que durante lustros estuvo gobernada por Izquierda Unida.

Es verdad que Podemos ha cometido además un error en Guadalajara. Colocó de cabeza de lista para la provincia (ya fue el candidato para el 20D), a uno de los llamados ‘paracaidistas’, Ariel Jerez, un profesor, amigo de Juan Carlos Monedero, miembro fundador del partido, nacido en Buenos Aires y que vive en Madrid. En el periódico local, ‘Guadaque’, cuando en la pasada campaña le preguntaron sobre su conocimiento de la circunscripción su respuesta fue.., dubtitativa: “Conozco poco (Guadalajara), estoy haciendo una primera aproximación. Conocía la parte que linda con Segovia, habíamos ido al Hayedo muchas veces…”. En Guadalajara, esta respuesta no le ganó muchos amigos.

Resultado, la pega de carteles para esta campaña ha mostrado que, al menos de momento, la integración de los diversos miembros de la familia Unidos Podemos está aún lejos de ser una realidad. Allí donde Izquierda Unida es dominante, los carteles que se pegan son los de Garzón, aunque sea número cinco.., o precisamente porque es número cinco, mientras que por el jefe de la coalición, Pablo Iglesias, el padre, no se saca la cara.