El ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, ha visitado Madrid en la que es la primera visita a nuestro país, incluida dentro de una gira que le llevará por otras capitales europeas de cara a preparar la próximo reunión del Eurogrupo en la que, de nuevo, se intentará alcanzar un acuerdo con el Gobierno griego sobre las condiciones de su rescate y futura financiación. Nada más ganar las elecciones Syriza , Varoufakis realizó una gira de urgencia que le llevó a París y Berlín, posteriormente visitó Roma y Londres dejando Madrid para su tercera gira. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha exhibido un 'talante' mucho más amable con su homólogo griego dado que le interesa recabar apoyos para presidir el Eurogrupo.

Intereses comunes
A la salida del encuentro y en declaraciones a los medios, sin admitir preguntas, Varufakis ha destacado que el encuentro con De Guindos ha transcurrido en "perfecta armonía" con un lenguaje "común", al igual que ha ocurrido con las anteriores reuniones que ha mantenido en Roma, París o Bruselas. Ha expresado así su confianza en que el encuentro con De Guindos pueda suponer un nuevo avance en las negociaciones con el Eurogrupo del próximo lunes en Bruselas y en el que confía que pueda darse un paso más en la dirección apropiada para resolver la crisis financiera griega, destacando que hay "un interés común" entre Grecia y España para poner fin a los problemas de liquidez e iniciar un período de crecimiento en Europa.

De menú paella
Ambos ministros han compartido almuerzo de trabajo en la sede del Ministerio de Economía. De Guindos ha agasajado a Varoufakis con un menú compuesto aperitivos, paella y fruta. Antes del almuerzo posaron para fotógrafos y cámaras de televisión y al finalizar el encuentroVaroufakis compareció ante los medios de comunicación.

Relegado, pero con influencia
La personalidad arrolladora de Varoufakis no ha dejado indiferente a nadie, pero sin duda fueron sus dos torpes primeras ruedas de prensa las que indignaron a sus socios europeos. Nada más ser nombrado ministro, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, se desplazó a Atenas en un gesto de acercamiento, en vez de pedir al griego que se desplazar a Bruselas. Sin embargo en la rueda de prensa conjunta que ofrecieron, Varoufakis dejó a los gobiernos europeos estupefactos al proclamar que la 'troika' había muerto y que el nuevo gobierno no reconocía a dicha institución para negociar.

Su rueda de prensa en Berlín junto al ministro alemán de finanzas Wolfgang Schäuble, fue todo un combate dialéctico en la que Varoufakis ofendió a los alemanes con lo peor que se les puede recordar: su pasado nazi. Schäuble, frío como un témpano, remató al griego con una frase que ya es historia: "Las promesas electorales con cargo a terceros no son realistas". Con esa frase le vino a decir que estaba en Berlín a pedir un dinero que el gobierno griego no tenía para cumplir unas promesas que no eran alemanas. La tensión entre Varoufakis y sus homólogos europeos ha provocado que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, le relegara la pasada semana como interlocutor y colocara a otro ministro. Solo ese anuncio hizo subir la bolsa de Atenas.