El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha señalado a nuestro país por la mala calidad de la deuda privada, lo que sitúa a España en una situación más vulnerable ante otra posible crisis económica. Hay que recordar que la deuda privada fue la culpable de la crisis económica que asoló a Europa en 2010 y ahora, vuelve a ser motivo de preocupación para el FMI.

El organismo ha indicado en su último Informe Mundial sobre la Estabilidad Financiera que la deuda de empresas e instituciones financieras que no son bancos; es decir fondos de private equity y de capital-riesgo, brokers, vehículos de inversión y hedge funds; ha hecho saltar las alarmas.

Esta situación se ha generado principalmente por los tipos de interés ultrabajos, además de por la “relajación cuantitativa”. Es decir, por la compra de activos por los bancos centrales de los países desarrollados para reactivar sus economías. Con esta medida, las autoridades monetarias pretendían combatir la persistente baja inflación, la frágil actividad económica y la débil creación de empleo desde el final de la crisis.

El director del Departamento Financiero del FMI, Tobias Adrian, afirmaba en la presentación: “con los tipos de interés más bajos por más tiempo las condiciones financieras se han relajado, ayudando así a contener los riesgos a la baja y apoyando al crecimiento mundial... por ahora".

Con esta política, han creado un exceso de liquidez, así como la reducción de la rentabilidad de los activos. Tanto que, según el informe, alrededor de 15 billones de dólares de deuda, casi un tercio de los bonos en circulación, presentan una rentabilidad negativa en todo el mundo.

Frente a esto, los inversores han optado por otras alternativas de riesgo que han llevado a un sistema financiero más vulnerable a nivel mundial. Aquí el FMI cita a países “sistémicos”, aquellos cuya inestabilidad financiera puede poner en peligro al sistema mundial, por ejemplo las economías industrializadas o “emergentes”.

El problema está en la calidad de la deuda

Según el organismo, el problema no es el volumen de duda, sino la calidad de esa deuda. La preocupación del FMI es que esa deuda privada (de empresas e instituciones financieras que no son bancos ni aseguradoras) se pueda devolver. En ese caso, España sale mal parada en el informe del Fondo Monetario Internacional.

La deuda de las empresas españolas aumentó con el Gobierno de Aznar y en el primero de Zapatero. Sin embargo, a partir de ese momento comenzó a caer y, si la cifra se compara con los activos de las compañías, la caída es mucho más significativa. Una vez más, más importante que el volumen de la deuda es el riesgo que supone.

Por otro lado, el informe alarma de que “la deuda especulativa del sector empresarial es de casi el 50% en China y Estados Unidos y es todavía más grande en Italia, España, y Gran Bretaña, pese a los notables descensos desde la crisis financiera". En nuestro caso, España es uno de los países donde más se ha reducido la deuda pero el problema reside en que parte de un nivel más alto que los demás países.

El problema de esta deuda especulativa es que tiene un riesgo más alto. Para ello, se usa como referencia la nota de las agencias de calificación de riesgos. De esta forma, un rating de Standard and Poor’s inferior a BAA o de Moody’s inferior a BBB hace que la deuda sea calificada como “especulativa”.

Las instituciones financieras reguladas como bancos, aseguradoras y fondos de pensiones tienen prohibido invertir en deuda especulativa por su riesgo. Pero no lo tienen prohibido los fondos de private equity y de capital-riesgo, brokers, vehículos de inversión y hedge funds.

El principal problema viene cuando esta deuda tiene poca liquidez y no es fácil deshacerse de ella si su valor cae o si los poseedores necesitan liquidez. Para el FMI también es preocupante la “deuda en riesgo”, es decir, la deuda de empresas e instituciones financieras que no son capaces de generar los ingresos necesarios ni para pagar los intereses. En este caso, la principal opción es adquirir más deuda para poder afrontar los pagos.

La “deuda en riesgo” ha bajado de suponer el 40% para las empresas españolas a aproximadamente el 25%, por encima de países como Italia, Alemania y Japón. Sin embargo, el nivel de este tipo de deuda está por debajo de Estados Unidos y Gran Bretaña.

Finalmente, el director del Departamento Financiero del FMI, Tobias Adrian, lanzó un mensaje muy claro para la economía mundial: “es necesario reducir esas vulnerabilidades que pueden agravar la próxima crisis”.