Deloitte, PwC, KPMG e EY, las conocidas como Big Four, vuelven a estar de actualidad por el trato a sus trabajadores. La Inspección de Trabajo ultima la investigación que comenzó hace casi un año, el 15 de noviembre, con la intención comprobar si se estaba dando cumplimiento a las jornadas laborales establecidas, al registro horario y al abono correcto de las horas extra. La actuación de Trabajo no parece haber metido el miedo en el cuerpo a las compañías, que según relatan sus trabajadores, continúan llevando a cabo actuaciones contrarias a la normativa laboral vigente.

“Yo no conozco a nadie al que se le hayan pagado las horas extras”, lamenta un trabajador consultado por ElPlural.com, del que por supuesto no se va a revelar ni el nombre ni la consultora en la que se desempeña para proteger su puesto de trabajo. La denuncia de este empleado no pilla de sorpresa a nadie, dado que esta situación ha sido señalada en múltiples ocasiones por los sindicatos y es uno de los motivos por los que la Inspección puso en marcha su actuación conjunta y coordinada en las cuatro grandes.

“El trabajo de la inspección todavía no ha terminado”, confirman fuentes del Ministerio de Trabajo a este periódico. Las informaciones que han trascendido apuntan a una dificultad del organismo para desarrollar su investigación, torpedeada por las propias investigadas, que han renegado de colaborar. El registro horario, obligatorio desde 2019, es una de las vías de la investigación, pese a que su incumplimiento tan solo podría suponer, como máximo, 7.500 euros en concepto de multa para las infractoras.

Otro de los trabajadores consultados reconoce que en la consultora que le emplea sí se cuenta con un registro horario, pero este es un mero escudo ante la normativa. “Fichamos a través de una aplicación online”, apunta, “pero yo hace tiempo que no lo hago porque tiene unas horas máximas automáticas”. Da igual las horas realizadas, la franja máxima está establecida y reclamar una modificación o el reconocimiento de las horas realizadas fuera de estas es una utopía, según señalan todos los consultados por ElPlural.com.

Las sanciones por “la transgresión de las normas y los límites legales o pactados en materia de jornada, trabajo nocturno, horas extraordinarias, horas complementarias, descansos, vacaciones, permisos, registro de jornada y, en general, el tiempo de trabajo”, al ser estas consideradas infracciones 'graves' y no 'muy graves’ son ínfimas para empresas de este calado. “Las graves con multa, en su grado mínimo, de 751 a 1.500 euros; en su grado medio de 1.501 a 3.750 euros; y en su grado máximo de 3.751 a 7.500 euros”, recoge la ley. En este caso, el grado sería el máximo por la reincidencia y la acumulación.

La investigación está a punto de concluir

Las informaciones publicadas hasta el momento apuntan a que la investigación afronta sus últimos momentos, si no ha terminado ya. Las cuatro implicadas podría haber incurrido en alguna actuación que vulnera la normativa laboral y pasarían a ser multadas por ello, según adelantaba CincoDías. La cuantía estimada es de, al menos, 1,4 millones de euros en la suma común y los conceptos de las sanciones diversos: desde cuotas a la Seguridad Social no abonadas, horas extra no pagadas o incumplimiento de registro horarios, obligatorio desde 2019.

Desde el Ministerio de Trabajo, liderado por Yolanda Díaz, trasladan que todavía es pronto para hablar de cifras y sanciones debido a “deber de sigilo”. Posteriormente, esto será comunicado primeramente a los afectados, algo que aseguran que todavía no ha sucedido, ya que, “para comunicar algo a la empresa habrá que concluir primero la investigación”. La investigación dura ya casi un año y los trabajadores, principales damnificados, continúan esperando la decisión, pese a que no confían en que vaya a cambiar nada, menos con una sanción irrisoria para grandes multinacionales.

Madrid es la ciudad que nunca duerme y muestra de ello son las cuatro torres de Plaza Castilla. Las luces de los rascacielos se mantienen encendidas a altas horas de la noche y mientras unos duermen y otros disfrutan del ocio de la capital, los trabajadores de las Big Four siguen trabajando después de más de diez horas de jornada. “Esas no te las paga nadie”, asegura otro de los trabajadores que asegura haber realizado en alguna ocasión una jornada de este estilo. La precariedad laboral desborda las oficinas de consultoras y los jóvenes resisten en su interior, a la espera de un contrato mejor con una línea más de experiencia en su currículum.