Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, se ha levantado de la cumbre de la Unión Europea en la que se debate sobre una resolución de la crisis energética que golpea a las economías del continente desde hace varios meses y que se ha agravado con la guerra en Ucrania. La reunión se dibuja en un enclave de gran tensión y los acuerdos se estiman muy complicados debido a las diferencias entre los países del norte y del sur, principalmente.

En este contexto, Sánchez se ha levantado de la silla y ha salido de la sala, obligando a un parón técnico. El objetivo del presidente es conseguir un acuerdo que permita que el precio de la luz baje de forma significativa en España. Según fuentes comunitarias consultadas por El País, Sánchez, ha leído un tuit de un periodista de France24, Dave Keating, en el que se señalaba que el presidente español estaba amenazando con vetar las conclusiones de la cumbre europea.

Sánchez se ha retirado de la sala de reuniones del Consejo Europeo para demostrar su disgusto e indignación porque se hayan filtrando cosas de la cita y se le acusara de amenazar con un veto. En ese momento, Charles Michel, que dirige la reunión como presidente del Consejo, ha decidido hacer un parón técnico para calmar los ánimos y discutir las propuestas.

Media hora después se ha retomado la reunión, pero el ambiente continúa caldeado. Mientras países como Alemania u Holanda están en contra de tocar el mercado eléctrico común, los países del sur buscan rebajas de precios. En este sentido, Sánchez pide en Bruselas una respuesta “particular” para España y Portugal como “isla energética”.

Las peticiones de Sánchez

Pedro Sánchez ya dejó claro el pasado jueves que su intención es jugar muy fuerte para lograr que la Unión Europea acepte que España y Portugal son una “isla energética” y se les puede dar una especie de excepción para que controlen el precio del gas en la península Ibérica sin afectar al mercado europeo.

“Ahora es importante tener una fórmula que se adecúe a la realidad geográfica de la península Ibérica. España y Portugal estamos prácticamente aislados del resto, tenemos unas interconexiones que no llegan al 2,8%. Estas particularidades nos dañan, porque estamos aislados, pero todas las normas comunes se aplican sobre nosotros. Por eso planteamos una solución para la península Ibérica”, explicaba.