Más de un año se ha demorado la OPA que el BBVA realizó sobre el Banco Sabadell. Un intento, en primera instancia, de llevar a cabo una fusión que se transformó en una Oferta Pública de Adquisición que adquirió un carácter hostil al no contar con el visto bueno del banco catalán. El intento de compra que la firma bancaria vasca trataba de llevar a cabo derivó en un enfrentamiento entre ambas entidades, que iniciarion intensas campañas comunicativas para defender sus intereses.
El proceso iniciado en abril de 2024 concluyó en la tarde noche del 16 de octubre, antes de lo previsto, pues tras terminar el plazo de aceptación de la OPA el pasado día 10, no se había marcado la comunicación de los resultados hasta el viernes 17. No salió victorioso el BBVA, el Sabadell resistió, menos de un 3% de los accionistas se posicionaron a favor del banco vasco, lo cual ha supuesto que solo se alcanzara un 25% de las participaciones de la firma catalana, por debajo del 30% marcado que hubiera dado lugar a una compra forzosa.
Los inversores del Sabadell han decidido que el banco catalán continúe su camino de forma independiente, culminando de esta manera un nuevo proceso en el que el BBVA no ha conseguido su objetivo de hacerse con la firma bancaria presidida por Josep Oliu. El transcurso de esta OPA ha despertado numerosas voces críticas a lo largo del tiempo en el que se ha venido desarrollando por hallar en contra a las élites económicas y empresariales catalanas, así como al Gobierno, por los efectos dañinos para la competencia y el crédito a pequeñas y medianas empresas que podría tener que se completase esta compra. De hecho, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia mantuvo durante algunos meses el proceso en vilo para hacer un análisis en mayor profundidad ante la "amenaza para la competencia efectiva en determinados ámbitos del mercado de banca minorista y de servicios de pagos”.
Finalmente, la OPA siguió adelante tras hallar el visto bueno tanto de los organismos supervisores como del Gobierno de España, eso sí, en caso de adquirir el Sabadel el BBVA debía garantizar que no se marchará de “ningún municipio en el que como consecuencia de la operación, esté presente alguna de las partes con una sola oficina competidora, incluyendo ocho municipios en los que actualmente se encuentran las partes sin ningún competidor; no exista otra oficina de la entidad resultante a menos de 300 metros de distancia”, así como que ambos bancos mantuvieran su autonomía de gestión durante 3 años, ampliables a 5.
No obstante, tal y como conocían las firmas bancarias en la tarde noche del 16 de octubre, no sería necesario trabajar en estos compromisos pues, finalmente, el BBVA no alcanzaba la aceptación suficiente entre los accionistas del Sabadell. La noticia fue sorpresiva para los bancos, pues la comunicación de los resultados por parte de la CNMV estaba marcada para el viernes, 17 de octubre.
Lo inesperado de esta comunicación no permitió que hubiera un momento de celebración en la sede del Sabadell. Según explicaba el presidente del banco catalán, Josep Oliu, además de conocer antes de lo previsto el final de esta OPA, ni él, ni el presidente del BBVA, Carlos Torres, esperaban este desenlace. "La verdad es que no sé quién de los dos estaba más sorprendido", aseguraba en una entrevista. Si bien, el que menos esperaba salir victorioso parece ser Oliu, quien alegaba no haber visto venir este apoyo tan mayoritario al proyecto del Sabadell. No obstante, a pesar de la alegría no se abrieron botellas de cava, al menos ayer, en la firma bancaria de Cataluña, que recibía la noticia en el momento menos esperado.
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