La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, ha señalado este viernes que “nunca se niega a sentarse con nadie, pero que no puede ser rehén del chantaje que puedan estar produciendo determinados colectivos”, en relación a la posibilidad de negociar con los transportistas. 

A renglón seguido, Montero ha defendido que no se trata de un paro “sino de un boicot” del que se “aprovecha” la extrema derecha. Asimismo, la responsable de Hacienda considera que “quienes impiden que los productos lleguen” a su destino -el sector lácteo y otros de alimentación ya denuncian que no pueden enviar sus productos- “le están haciendo el juego al "tirano" Putin.

En la misma línea, ha llamado a “mantener el sentido común”, así como “la interlocución con aquellos que realmente han querido tener una actitud de diálogo, pacto y acuerdo”, en contraposición a quienes simplemente buscan “hacer ruido” o “desmovilizar”.

El pasado jueves fue la propia ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, quien sentenció que ella no se iba a sentar “con un grupo de radicales que utiliza la violencia” y sostuvo que Vox estaba detrás de las protestas. 

“Si vemos las declaraciones de miembros de la ultraderecha, que apoyan los actos, el boicot, que llaman a manifestarse este sábado en Madrid”, dijo; a la vez que deslizó que estas declaraciones instaban a utilizar “clavos, palos y piedras que tratan de amedrentar”.

“Hay reivindicaciones que coinciden -con las que piden otras asociaciones de transportistas- pero no pueden impedir a través de la coacción y de la violencia”, añadió. 

La huelga de transportistas se mantiene por quinto día consecutivo, aunque las consecuencias han sido más notorias en las últimas horas, tal y como ha ido informando ElPlural.com. Entre ellas se encuentran, además de las ya mencionadas, el desabastecimiento de algunos supermercados, en la restauración colectiva o quejas en los sectores del hormigón y el cemento.