Los vecinos de seis barrios madrileños se han organizado para plantarle cara al fondo buitre Azora y sus cláusulas abusivas. A través de su gestora Nestar, el tercer mayor casero de España asfixia a las familias alquiladas con subidas del alquiler que pueden ascender hasta los 700 euros al mes tras el trascurso de los tres primeros años de contrato. Los más de 900 afectados, lejos de ceder o amedrentarse, se han organizado en torno al Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid y han convocado una “huelga de alquileres”.
El proceder sistemático de Nestar/Azora ha puesto en pie de guerra a Parla, Móstoles, Pinto, Villaverde, Carabanchel y Vallecas. Diez bloques, que agrupan a casi mil inquilinas, y que actúan de forma unitaria y bajo una sola voz que exige que cesen las “subidas ilegales” y se inicie de inmediato una “negociación colectiva”. La lucha iniciada por un centenar de vecinos del bloque número 7 de la calle Martín Muñoz de las Posadas (Villa de Vallecas) crece y se extiende, poniendo en un aprieto a los especuladores de la vivienda.
Contratos llenos de cláusulas abusivas y el ruinoso estado de mantenimiento del edificio vallecano por parte de su propietario dan sustento a la protesta. El número de huelguistas es ya elevado; sin embargo, muchos más podrían sumarse, dado que se contabilizan hasta 8.000 familias afectadas por la gestión de Nestar/Azora de sus hogares. Todas ellas sufren la misma tropelía: al llegar el tercer año de contrato, se activan unas cláusulas abusivas por las que la propiedad impone una subida muy superior al 3% anual previsto en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).
Esta práctica abusiva se traslada a subidas del alquiler de hasta 700 euros mensuales, pasando algunos contratos de los 900 euros del momento de la firma hasta los 1.600 euros al mes tras la activación de la cláusula. Además, esta disposición impulsada por el fondo buitre fue declarada ilegal tras la denuncia del Sindicato de Inquilinas de Cataluña. Sin embargo, el fondo buitre se niega a renunciar a etas cláusulas en sus bloques y, según denuncian los vecinos, en dos de titularidad pública gestionado en Pinto y Parla por Nestar/Azora.
¿Qué significa la huelga?
Los inquilinos han dicho basta y han anunciado este viernes que se declaran en “huelga de alquileres”. Esto, han explicado, implica que, de aquí en adelante, irán pagando únicamente el precio indicado en el contrato inicial y las actualizaciones legalmente exigibles, pero no así los seguros de impago, subidas abusivas y demás conceptos que Nestar-Azora sigue cobrando ilegalmente. El objetivo es que el gigantesco casero elimine estas cláusulas ilegales de sus contratos de alquiler y, de no ser así, no descartan emprender acciones legales si sigue negándose a ello.
Vecinos han visto a sus iguales desahuciados o forzados a abandonar sus hogares por las subidas desmedidas, pero saben que unidos son más fuertes. Es más, las afectadas ha recordado que otras familias de sus bloques, incapaces de hacer frente a los nuevos precios, se han visto obligadas a abandonar sus hogares antes de que transcurran los siete años a los que teóricamente tenían derecho. Esto es una realidad y, de ninguna manera, es una práctica única de Nestar/Azora.
“El problema reside en unos fondos buitre que campan a sus anchas actuando como ariete de la especulación, sin ningún tipo de regulación y de límite en un contexto de crisis social”, denuncian desde el Sindicato de Inquilinas. Acusación que sustenta la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-ES), que esta misma semana ha alertado de que vivir de alquiler aumenta el riesgo de pobreza, y el Banco de España, que reconocía en su informe de mayo que la mitad de la población inquilina se encuentra en riesgo de pobreza o de exclusión.
En Madrid, los fondos buitre especuladores han encontrado resistencia. Las vecinas de los de los bloques en lucha lo tienen claro, se están organizando y coordinando con determinación porque la situación ha llegado al límite. Para ellos y para todo el resto de personas que viven de alquiler. Por este motivo, van a la huelga y no piensan pagar unas cantidades que no les corresponden, millones de euros que son de todas las inquilinas y no del fondo buitre. Tan solo la organización colectiva puede plantar cara a los grandes especuladores y en Madrid hay un tejido que la organiza y no piensa ceder.