Los jefes de antes, que simplemente mandaban a los empleados, ya no sirven. Ahora hay que ser líder, ocupando un puesto dentro de un equipo de trabajo en el que más que dar órdenes, hay que ser capaz de influir y motivar a los demás para que cada uno desempeñe su función lo mejor posible y sea el grupo el que se beneficie y logre las metas. Un estudio de esos que nos encantan ha demostrado que las personas son más felices en el trabajo cuando los líderes muestran una moral fuerte, una visión clara y un compromiso con todos los implicados.
Esta tendencia a líderes con buenas intenciones es conocida como “purposeful leadership” o “Liderazgo con propósito”.

Por un buen jefe hasta dejamos de fumar

Resulta que cuando tenemos un jefe de estos, con buenas maneras y honestidad, tenemos más tendencia a dejar de fumar, estamos más satisfechos, dispuestos a hacer un esfuerzo extra, trabajamos menor y nos comportamos de forma menos cínica. O eso es lo que asguran los investigadores de la Universidad de Sussex, la Universidad de Greenwich, el IPA y el CIPD. “Nuestro estudio demuestra que el lugar de trabajo moderno es más una batalla por los corazones y las mentes que por las reglas y los deberes”, afirmó la profesora Catherine Bailey de la Universidad de Sussex.  

No hay jefes buenos sin empresas buenas

En realidad, lo que está detrás de esta afirmación es que las personas esperan de las organizaciones, también cuando trabajan en ellas, que vayan más allá del corto plazo y de los imperativos financieros que causaron la recesiín de 2008 y se preocupen más por la sociedad en general, con un compromiso moral y ético.
Sin embargo, la investigación encontró que sólo uno de cada cinco jefes del Reino Unido se describe a sí mismo como un 'líder con propósito', destacando que es una oportunidad sin explotar en las organizaciones modernas para mejorar el rendimiento mediante la remodelación de la función de los administradores.
Los investigadores sugieren que hay mucho por hacer en las organizaciones para fomentar el liderazgo con propósito y ética, incluyendo la adopción de políticas pertinentes, líderar en función de un modelo, la alineación en torno a una visión central, la formación y el desarrollo, y la cultura de la organización.   Fuente: Sussex University