La reunión entre los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea arranca este viernes para alcanzar un acuerdo sobre el fondo de recuperación tras la crisis del coronavirus y el presupuesto plurianual para el periodo 2021-2027. Como ha quedado patente en los últimos meses, el debate estará centrado en las diferencias entre el norte y el sur de Europa, con dos posturas claramente enfrentadas.

Por un lado, los países frugales como son Países Bajos, Suecia, Dinamarca o Austria piden una condicionalidad más fuerte para los receptores del fondo de recuperación post Covid, así como reclamar recortes a dichos países. En el lado contrario se encuentra el sur de Europa, especialmente afectado por la crisis sanitaria y económica, que aboga por transferencias directas.

La reunión comienza este viernes a las 10 horas y se prolongará hasta el sábado por primera vez de forma presencial desde el impacto de la pandemia. Según las distintas fuentes de la negociación, aún no se conoce una respuesta clara tras la reunión. "Siendo sinceros, todavía no estamos cerca, el acuerdo no está garantizado. Al contrario, hay diferencias importantes", ha explicado un alto funcionario europeo antes del inicio de la cumbre.

La misma tónica se repite entre los líderes del norte, entre ellos la canciller alemana Angela Merkel o el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, que incluso se han mostrado pesimistas ante la idea de alcanzar un acuerdo el sábado. Por otro lado, Pedro Sánchez ha recordado la urgencia de aprobarlo durante el mes de julio.

De hecho, el presidente del Gobierno ha realizado una serie de contactos con los líderes de Países Bajos y Suecia, dos de los más reacios al fondo de recuperación mediante préstamos no reembolsables, así como con Francia y Alemania, apoyos fundamentales para los 750.000 millones de euros propuestos por la Unión Europea.

Según fuentes del Gobierno español, esta gira estaría destinada a argumentar y sensibilizar y no a negociar la propuesta. Sin embargo, parece que las diferencias entre el norte y el sur siguen patentes y centrarán el debate de estas dos jornadas.

Norte vs Sur

Las principales diferencias se centran en el tamaño del fondo y en la condicionalidad de los préstamos. Por un lado, el norte de Europa encabezado por Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Austria y Finlandia consideran que el fondo de reconstrucción debería ser inferior a los 750.000 millones de euros, además de cuestionar que 500.000 millones del total vayan dirigidos a transferencias directas no reembolsables.

En el lado opuesto, el sur acepta esta cifra como el mínimo aceptable y alertan de que aumentar la proporción de préstamos a devolver afectaría al endeudamiento nacional, suponiendo un mayor problema de cara al futuro para sus finanzas.

En línea con esto aparece la cuestión de la condicionalidad para recibir las ayudas del fondo europeo. La propuesta inicial, enunciada por la Comisión y el Consejo Europeo, establece que serán los ministros de cada país quienes aprueben los planes de reformas a nivel nacional, con la mayoría de votos por el momento. Sin embargo, el primer ministro de Países Bajos pide la unanimidad en la votación, con la posibilidad de imponer más condiciones a los países.

Además de estas diferencias, la cumbre también presenta puntos de desencuentro entre los diferentes países como la vinculación de los fondos al respeto del Estado de Derecho y a las inversiones para financiar la transición climática.

Más allá del fondo de reconstrucción tras la crisis del coronavirus, los líderes europeos también deben alcanzar un acuerdo en cuanto al presupuesto comunitario plurianual para el periodo 2021-2027. En este caso, los países del norte abogan por recortar el presupuesto planteado inicialmente, ya reducido por el presidente del Consejo Europeo hasta los 1,074 billones de euros.

Una vez más, Países Bajos encabeza esta tendencia y pretende reducir el presupuesto de los fondos agrícolas y los de cohesión, además de aumentar las reducciones que se aplican a sus contribuciones nacionales y que el resto de países europeos debe completar. Esta última propuesta cuenta con el apoyo de Alemania, por lo que es probable que se mantenga en los próximos siete años.