El Gobierno de Reino unido, presidido por Boris Johnson, ha presentado la modificación unilateral del Protocolo de Irlanda del Norte pactado por el Brexit que pretende reducir los controles fronterizos y la burocracia en el comercio con Úlster. Además, con esta variación, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) queda excluido de la resolución de las disputas que pudieran producirse.

El protocolo acordado en su momento entre Bruselas y Londres pretende evitar una “frontera dura” en Úlster y establece que Irlanda del Norte permanece dentro del mercado común europeo. Esto supone que las autoridades británicas tienen que llevar a cabo controles en el tráfico de mercancías al quedar fuera la isla de Gran Bretaña del mercado único. La modificación elimina estos controles, considerados por el ejecutivo de Johnson “insostenibles” por el trato “diferente” de Irlanda del Norte, y otorga “supremacía de los tribunales (de Reino Unido) y la integridad territorial".

La nueva ley contempla cambios en diferentes frentes, entre ellos una revisión de carácter burocrático para reducir costes y papeleo en el comercio interior británico al tiempo que se mantienen "plenos controles" para aquellos bienes que sí terminen entrando en territorio de la UE. Londres aspira a su vez a "normalizar" que cualquier posible disputa sea resuelta por un sistema de arbitraje independiente y no por el TJUE, cuya implicación última ha sido durante estos últimos años motivo recurrente de disputas en las negociaciones.

Las empresas también podrán determinar si sus bienes deben regirse por la normativa de Reino Unido o por la de la UE, para evitar la supuesta discriminación de productos británicos, mientras que Irlanda del Norte podrá beneficiarse de las mismas exenciones fiscales y políticas de gasto que el resto del país, por ejemplo en rebajas del IVA.

Bruselas, Irlanda e Irlanda del Norte, contrarias a la modificación+

Bruselas ha anunciado que reactivará la vía judicial contra Reino Unido por vulnerar el protocolo. De esta manera, la Comisión Europea recuperará el expediente sancionador que inició en marzo de 2021 por varios incumplimientos, pero que suspendió en pro de la cooperación, porque “la acción unilateral de Reino Unido va directamente contra ello", ha señalado el vicepresidente del Ejecutivo comunitario responsable de las relaciones con Reino Unido, Maros Sefcovic. Además, ha anunciado que estudiarán nuevos procedimientos de infracción, especialmente por los "riesgos para el Mercado Único creados por la violación del protocolo".

Por su parte, el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha sido tajante con la modificación unilateral acometida por el Ejecutivo británico, a la que ha acusado de arrojar “una sombra innecesaria” sobre la cooperación con la Unión Europea "socavando la confianza y la credibilidad". Además, ha afeado al país exmiembro de la Unión Europea que “en un momento en el que nos enfrentamos a un creciente desprecio por las normas y compromisos internacionales, los aliados y socios deben permanecer unidos".

Otro de los actores implicado, el Gobierno de Irlanda, ha pedido “calma” y “firmeza”, en palabras de su ministro para Europa, ante la modificación unilateral del Protocolo del Brexit para Irlanda del Norte aprobada por el Gobierno británico porque "la ley está de nuestra parte".

Un grupo de diputados del Parlamento de Irlanda del Norte, que representan a la mayoría de la Asamblea y entre los que figura la vice ministra principal de Irlanda del Norte miembro del Sinn Féin, Michelle O'Neill, también se han mostrado contrarios a la medida asumida y han calificado de "imprudente" la decisión del Gobierno central británico de modificar unilateralmente el Protocolo norirlandés pactado en el marco del Brexit, ya que consideran que implica "violar la ley".

Londres se justifica

La ministra de Exteriores británica, Liz Truss, ha insistido en sus redes sociales en que Reino Unido "prefiere una solución negociada" y está "abierto a negociaciones" con Bruselas, pero ha advertido de que la parte europea "debe tener voluntad de cambiar el propio Protocolo". Londres sostiene que su ley está llamada a "restaurar la estabilidad política". "No podemos esperar para arreglar los problemas a los que se enfrenta la población de Irlanda del Norte", ha dicho la ministra, que ha citado entre las justificaciones el mantenimiento de los Acuerdos de Viernes Santo de 1998.