El Partido Popuar (PP) ha optado por incurrir una vez más en la mentira, y ya se ha perdido la cuenta, para salvar el cuello a un Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, que aún no ha encontrado la factura del Ventorro. “Gaza va a recibir 24 millones de euros en ayudas directas, la Generalitat Valenciana cero”, pronunciaba Mazón desde la Corts. Una mentira tan burda como fácil de desmontar y que el periodista económico Javier Ruiz ha tirado por los suelos en apenas cinco minutos: la ayuda directa a Valencia multiplica por 666 la destinada a Gaza.

España ha destinado a Gaza 24 millones para ayuda humanitaria (comida, agua, medicinas). El conjunto de todos los países de la Unión Europea (UE) destinó al mismo cometido 253 millones en la totalidad de 2024, cuantía que es inferior a tan solo la ayuda directa que han recibido los autónomos valencianos (291 millones) en un trimestre. Las ayudas ya pagadas a Valencia multiplican por seis lo destinado por la UE a Gaza y por 60 lo abonado por España. Si tenemos en cuenta el total de partidas contempladas por el Gobierno, el montante es 666 veces superior.

“Este es el grado de distorsión de las comparaciones. No hay por dónde cogerlo”, es el resumen del análisis realizado por Ruiz. Antes, ha presentado una larga lista de ayudas directas a Valencia que desmontan las mentiras de Mazón y del PP: daños por vivienda, daños por enseres, vehículos, suministros básicos (para la ciudadanía); emergencia, suministro de aguas y saneamientos, alojamiento, alimentación de afectados y el 50% de la infraestructuras, instalaciones y servicios (para ayuntamietos). “Uno intenta entender y ver argumentos al otro lado, pero da cierto rubor el bulo y el racismo que destila”, ha lamentado el periodista.

El problema, quizás, es que Mazón quiere que esas ayudas no vayan directas a la ciudadanía, los autónomos o las empresas, sino que pasen primero por la Generalitat para poder atribuírselas e intentar anotarse un tanto que resucite su moribunda figura política. O quizá hay muchas cuentas de comidas de “trabajo” que pagar. Al respecto, Ruiz le ha querido dejar claro que “las ayudas las reciben los perjudicados” y, desde luego, el presidente de la Generalitat es lo más alejado a lo que podría ser un afectado.  

Pese a que no era neceario dar más datos y ejemplos que pusiesen en evidencian la desvergüenza de Mazón y su cuadrilla, a la que le faltan sus dos conselleras más ilustres, Ruiz ha seguido. “Este jueves, solo el Consorcio de Compensación de Seguros pagó 35 millones y el acumulado es de 1.115 millones de ayudas a viviendas. Hacienda ha pagado 291 millones de ayudas directas a 23.128 autónomos y empresas. Además se han pagado daños materiales o personales por 53,1 millones a 2.000 familias”, ha relatado.

Por si fuera poco, también ha recordado que a finales de mes, dado que se han abierto las ayudas agrícolas, los sectores más afectados como el primario también seguirán recibiendo auxilio. “6.700 agricultores están en una primera lista de beneficiarios con 167 millones, en torno a 25.000 euros cada uno”, ha explicado. Muchas son las evidencias contra el argumentario “aceitoso” del PP, que cuenta con “ninguna cifra que sostenga un trato preferente de Gaza a Valencia”. Pero la verdad nunca ha sido lo más importante en Génova.

Niños asesinados como arma arrojadiza

El arma arrojadiza en esta ocasión ha sido Gaza y sus 47.000 asesinados, miles de ellos niños, que los extremistas de la gaviota no han dudado en utilizar. Los datos no importan a la derecha extrema de Génova, que lejos de corregir al desnortado Mazón, “noqueado” según Alberto Núñez Feijóo, ha apoyado sus palabras, llegando a decir que “si pides las ayudas en árabe llegan antes”. Los cachorros repinados de la formación, las Nuevas Generaciones, también se han permitido bromear con el genocidio sufrido por la población palestina (“Gaza, provincia de Valencia”).

La repuganancia del argumentario pronunciado por un emisor que no titubea al utilizar las muertes de decenas de miles de personas perseguidas y exterminadas con tal de ocultar la terrible gestión de un presidente autonómico que intenta llegar a los postres no convierte en verdad sus palabras. Las justifiaciones y cabriolas llegarán más pronto que tarde, pero la bajeza moral se queda grabada más allá de las preferencias políticas.