El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado este viernes el desplome de la inflación en el mes de marzo y sitúa el valor en el 3,3% tras una caída de casi tres puntos con respecto al mes anterior. El dato, que fue adelantado el pasado 30 de marzo, refleja un retroceso del precio de los alimentos, que alcanzó su máximo en febrero, y un buen comportamiento del mercado energético y de los carburantes. Con este dato, y atendiendo al 3,1% armonizado, se confirma que la economía española muestra una evolución más moderada de los precios que el resto de los países de la eurozona.

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos celebran este dato haciendo hincapié en la posición de España en el continente, mostrando una mayor resiliencia económica. Medidas como lo excepción ibérica son las principales artífices de esta situación, apuntan desde la cartera liderada por Nadia Calviño, y colocan al Gobierno en una buena posición de cara a afrontar en los próximos meses la presidencia europea. “Esta menor inflación está favoreciendo la competitividad de las empresas españolas, como ponen de manifiesto las ganancias de cuota de mercado y el aumento de las exportaciones de bienes y servicios, incluso en el complejo contexto económico internacional”, remarcan fuentes ministeriales.

La buena marcha del Índice de Precios de Consumo (IPC) en el tercer mes del año la atribuyen desde el instituto estadístico a la buena evolución del precio de la electricidad con respecto a hace un año y a la caída continuada del valor de los carburantes. Además, el dato más esperanzador lo presentas los alimentos que, después de tocar su pico en febrero (16,6%), frena su asfixiante progresión, aunque se mantiene aún en valores muy elevados. La misma situación se reproduce con la inflación subyacente -aquella que no incluye los alimentos no elaborados ni la energía- que disminuye por primera vez desde septiembre, pero mantiene valores cuatro puntos por encima del IPC general.

La progresión del precio de la cesta de la compra, no obstante, tan solo modera su valor en una décima y se detiene en el 16,5%. "Influye positivamente en este comportamiento el pescado y marisco, la leche, queso y huevos y los aceites y grasas", señalan desde el INE, que en el extremo opuesto sitúa las legumbres y hortalizas y la categoría de otros productos alimenticios, ambas con una evolución superior a hace un año. El resto de sectores económicos también descienden sus precios, a excepción del ocio y la cultura, que se eleva hasta el 4,4% por el encarecimiento de los paquetes turísticos.

Con una caída de los precios aparecen la vivienda, que reduce su variación en diez puntos, hasta el -16,2%, en gran parte por la bajada de la electricidad. El transporte se sitúa en -4,8%, más de seis puntos y medio inferior a la del mes pasado, contrarrestando los valores marcados en marzo de 2022, momento de un gran encarecimiento debido a la guerra de Ucrania. El vestido y calzado, que se mantiene en una tasa positiva del 3,2%, retrocede siete décimas con respecto a febrero, gracias a que sus materias primas experimentan un aumento inferior al del pasado año.

Cesta de la compra estancada

A pesar de su mínima reducción, cuyo aspecto más positivo es frenar el alza, los alimentos se mantiene siendo el grupo de productos más golpeado por la inflación a mucha diferencia del resto. El dato marzo se estanca en el 16,5% y, si bien es una décima más bajo que el reflejado en febrero, se mantiene a más de un punto del presentado a comienzos de año (15,4%). Además, el valor intermensual presenta una evolución positiva del 1,1%, debido a la subida de la mayoría de los productos, destacando especialmente las legumbres, las hortalizas y la carne.

Los productos de la cesta de la compra básica son los que sufren un mayor encarecimiento, reabriendo el debate sobre cómo abordar los precios de los alimentos básicos, cuyo acceso se complica cada vez más para las familias humildes. Las legumbres y hortalizas presentan un incremento del 27,8% con respecto al mismo mes del pasado año; todas las carnes, destacando la de porcino (19,6%), superan las dos cifras; la leche (30,4%), los aceites y las grasas (28,1%) y los huevos (24,5%) despuntan también en sus valores. La nota positiva la ponen las frutas frescas (5,6%) y el pescado fresco (7,2%), que muestran una evolución mucho más moderada dentro de la cesta básica.