El impacto económico sobre el sector del automóvil se extiende también a la industria del “renting”. Las empresas de alquiler de coches han visto paralizada su actividad debido a la caída del turismo y la limitación de los desplazamientos. Sin embargo, camino hacia la denominada “nueva normalidad” buscan reinventarse y adaptarse a los nuevos hábitos de consumo de una sociedad ‘post-covid'

La señal de alarma no se hizo esperar. Una de las empresas referentes en el sector, la estadounidense Hertz, se declaraba en suspensión de pagos como consecuencia del impacto económico que ha tenido la pandemia sobre las cuentas de la compañía. Hertz no ha sido capaz de reestructurar su deuda, de aproximadamente 17.000 millones de euros, y se ha acogido a la Ley de Quiebras del Estados Unidos. De momento, el cierre de sus oficinas dejará sin empleo a los trabajadores de la filial en Estados Unidos y Canadá,  mientras que, en Europa, Australia y Nueva Zelanda seguirán luchando por ofrecer servicio. Pero, ¿será posible?

El hundimiento de Hertz, que contaba con 38.000 trabajadores, ha azotado al sector, que ha comenzado a caer como fichas de dominó: cadenas minoristas, restaurantes y gasolineras asociadas a la marca han entrado en bancarrota. Sin duda, una situación que ha erizado el vello de la competencia.

Es hora de reciclarse. Según un estudio elaborado por el Observatorio de Conductores del RACE, el 20 por ciento de los conductores que empleaba el transporte público para desplazarse al trabajo ahora optarán por los vehículos privados por el miedo al contagio. Es decir, uno de cada cinco trabajadores sustituirá el transporte público por el coche. Además, según el mismo estudio revela, un 9,2 por ciento de los encuestados ha utilizado el vehículo para actividades para las que antes no lo utilizaba.

Por otro lado, el poder adquisitivo de las familias ha disminuido.  Es por ello que muchos trabajadores han acudido a la opción del ‘renting’ como alternativa de movilidad, evitando así realizar una gran inversión inicial en tiempos de incertidumbre laboral. Así lo demuestran los últimos informes elaborados por las asociaciones de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam): en el mes de mayo la venta de vehículos cayó en un 72,7 por ciento, la segunda peor cifra de la historia.

Reinventarse

Algunas compañías como Avis o Europcar han comenzado a adaptarse a las necesidades de estos nuevos consumidores. ¿Cómo? Flexibilizando la duración de los contratos de alquiler de vehículos y bajando los precios tanto para particulares como para pymes hasta en un 25 por ciento sobre la tarifa habitual.

Se trata de un cambio en el hábito de consumo, sobre el que también influye el aumento del teletrabajo y del comercio electrónico, según un estudio de BBVA.  Es decir, los bonos mensuales de alquiler de vehículos y los descuentos para favorecer el alquiler a los autónomos, especialmente golpeados por la crisis económica, han llegado para quedarse.

No obstante, no sólo el contexto económico actual favorece al sector del alquiler de vehículos. Según otro análisis publicado en la revista Forbes, el renting también es considerado como una opción más sostenible desde el punto de vista medioambiental. El parque automovilístico suele ser renovado con frecuencia y los vehículos cuentan avanzada tecnología -ejemplo de ello son los vehículos eléctricos- más respetuosa con el medioambiente lo que favorece también su atractivo de cara al usuario final.