Indra obtuvo un beneficio neto de 11 millones de euros en el primer trimestre de 2018, un 48,8% menos que en el mismo periodo del año anterior, por el menor resultado operativo y los mayores gastos financieros, ha informado hoy a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Los ingresos repuntaron un 11,8% (15,3% en moneda local), hasta los 714 millones de euros, y se vieron impulsados por la aportación de Tecnocom, el negocio de Elecciones, el de Defensa y Seguridad, y el de Tráfico Aéreo.

La contratación creció un 22,1% (un 25,9% en moneda local) y ascendió a 1.040 millones de euros, gracias a los crecimientos en el negocio de Transporte y Defensa, y en el de Tecnologías de la Información.

El resultado bruto de explotación (ebitda) aumentó un 0,6%, hasta los 48 millones de euros, y el margen ebitda alcanzó un 6,7% frente al 7,5% de los primeros tres meses del año anterior. El resultado neto de explotación (ebit) fue de 26 millones de euros frente a los 33 millones del primer trimestre de 2017, un 22,2% menos, con un margen del 3,6 % ante el 5,2% que registró en los primeros tres meses del año pasado.

Resultados afectados por variables externas

Excluyendo los costes de reestructuración de Tecnocom, el margen ebitda fue en el primer trimestre de 2018 del 7,6 % frente al 7,5 % del mismo periodo del año anterior y el margen ebit del 4,5% ante el 5,2% de los primeros tres meses de 2017.

Según ha explicado Indra, los resultados del primer trimestre de 2018 se vieron afectados por variables externas, como la evolución de los tipos de cambios, que tuvo un impacto negativo de 23 millones de euros en las ventas del periodo; la implantación de la norma contable NIIF 15 y la circunstancia de que la Semana Santa cayera en marzo, lo que tuvo un impacto negativo de 16 millones en ingresos y de 14 millones en ebit.

La generación de caja en el trimestre fue negativa en 6 millones de euros, frente a los 5 millones también negativos del primer trimestre de 2017.

Según ha indicado la compañía, el comportamiento de este indicador fue bueno teniendo en cuenta la fuerte generación de caja que se alcanzó en el cuarto trimestre del año pasado por la anticipación de cobros, entre otras cuestiones.

La deuda neta de Indra aumentó un 13,1% respecto al primer trimestre de 2017 y alcanzó los 602 millones de euros, y fue también superior a los 588 millones de euros con que cerró el año pasado.

El nivel de apalancamiento se situó en 2,3 veces el ebitda de los últimos doce meses y sería de 1,3 veces si se excluyera la salida de caja por los pagos de las adquisiciones efectuadas en 2017.