Marta y Cristina Álvarez Guil, las hermanas que fueron adoptadas por Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés, podrían acabar recibiendo el golpe económico más duro de sus vidas. De declararse nula su adopción, la Comunidad de Madrid podría reclamarles 350 millones de euros en impuestos por su herencia, a lo que habría que sumar la sanción correspondiente, que sumaría otros mil millones de euros.  

Álvarez adoptó a Marta y Cristina para que se beneficiaran de una reducción del impuesto del 99,9% en su condición de hijas . Pero si se anulara la adopción, tendrían que hacer frente al pago, a lo que hay que añadir que podría constituir delito fiscal. Si la sentencia fallara a favor de María Antonia Álvarez, madre del también expresidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno, quien, como publicó eldiario.es, interpuso la demanda de nulidad por contravención de norma imperativa y de ley, La Comunidad de Madrid debería abrir un expediente de reclamación de la citada cantidad. 

Fuentes de la familia aseguran que las hermanas fueron adoptadas por Isidoro Álvarez con más de 40 años y sin haber convivido con él, lo que, según la ley sería ilegal, puesto que debería de haber existido convivencia antes de los 14 años. 

Tiempos revueltos

Los problemas se iniciaron tras la muerte del que fuera presidente de los grandes almacenes. Álvarez eligió a Dimas Gimeno como su sucesor, pero le dejó indefenso ante el consejo de administración y la Fundación Ramón Areces, que posee el 37,39% de la compañía y que delegó en las herederas universales. 

Las hermanas, disgustadas con algunas acciones de su primo Gimeno, consiguieron, gracias al apoyo del presidente de la Fundación Ramón Areces, Florencio Lasaga, despojarle, primero de los poderes ejecutivos y después de su cargo.