El otro día me llamaba un amigo para consultarme si resultaba interesante o no invertir en oro. Algo más frecuente y fácil de lo que muchos creen y que ofrece la ventaja añadida de que se atesora fácilmente, dado su elevado valor y su notable peso. También existen fórmulas como fondos ligados al oro o, incluso, la compra de empresas mineras del preciado metal para unirse a su marcha.

La teoría de mi amigo que se la había comunicado un conocido es que con las abultadas emisiones de deuda de los Estados que ya se han conocido para mitigar los efectos de la pandemia y las que aún quedan por venir, el dinero (en euros, dólares, yenes, etcétera) pierde su valor por abundante y por no estar respaldado por la creación de productos y servicios.  Un argumento que está ahí en la mesa y que siempre queda por resolver. Es una duda aparejada totalmente a si los países finalmente tendrán capacidad para asumir las deudas que están asumiendo. No olvidemos que hace no mucho, algunos economistas y políticos pedían al Banco Central Europeo (BCE) que amortizase (destruyese) la deuda pública que ha ido comprando en los mercados en los últimos años. Algo a lo que el BCE se negó tajantemente.

 El economista, Luc Luyet de la prestigiosa firma de inversión Pictet WM explica cuáles serán las variables que determinen el precio del oro en un plazo de un año, aunque no se atreve a aventurar horizontes más lejanos. Pero antes, hay que analizar la mala evolución que ha tenido en los mercados durante este año el preciadísimo metal. Comenzó el año en los 1.954 dólares por cada onza y actualmente cotiza en los 1.738 dólares, lo que supone un descenso del 11%. Una caída que curiosamente se produce cuando el dólar ha tenido un buen comportamiento frente a otras divisas como el euro, frente a la que se ha revalorizado un 2%. Al igual que el petróleo, el oro cotiza en dólares y, lo normal, es que cualquier tropiezo del dólar favorezca una “ficticia” subida del oro con el fin de que no pierda valor por el efecto de la moneda.

Luyet explica que tipos de interés reales (descontando la inflación) a largo plazo de EEUU son un factor clave para el oro, pues representan el coste de oportunidad de poseer el metal como inversión, el cual no genera cupones.  El repunte de la rentabilidad a vencimiento de la deuda de EEUU añade presión a la baja sobre el oro.  Por nuestra parte “estimamos que la rentabilidad a vencimiento de la deuda del Tesoro de EEUU a diez años aumente para situarse en 1,7% este año, de manera que el oro se puede debilitar adicionalmente”.

Otro elemento que está jugando en contra del oro es el descubrimiento de vacunas eficientes y un rápido ritmo vacunación eficaz contra las variantes Covid-19 puede acelerar la reapertura de la economía, lo que añadiría presión al alza de los tipos de interés tasas reales a largo plazo y reduciría el atractivo del oro como activo refugio.

El experto de Pictet apunta a la menor demanda de oro por parte de los bancos centrales de las distintas economías con Rusia y Turquía como ejemplo que no han aumentado sus posiciones en oro últimamente.  Es posible que haya que esperar a la segunda parte de 2021 para ver la demanda de joyas reaccionando a unos precios más bajos del oro.

Volviendo a la parte financiera, unos tipos más altos perjudican al oro siempre que no se dispare la inflación de las economías. Así, si el coste de la vida se dispara, el oro podría ejercer nuevamente como valor refugio de los inversores más conservadores, ante la pérdida de valor de las monedas. Por tanto, estamos en un equilibrio muy difícil. Algo de inflación y tipos más altos perjudican al oro, pero un proceso de inflación largo y prolongado volverían a llevar al precio metal a cumplir su misión de salvaguarda de la riqueza en el mundo. Otro factor en favor del oro es el ingente programa del nuevo presidente Joe Biden para relanzar su economía a base de aumentar el déficit público en Estados Unidos. Una situación que perjudicaría la valoración del dólar y empujaría al alza al oro.

En este panorama, claramente resulta un poco complicado decir a mi amigo si le interesa o no invertir en oro. A unos meses vista puede ser una mala decisión si realmente las economías rebotan como se espera después de las caídas de sus PIBs en 2020. A medio plazo, seguramente sea una oportunidad casi segura de ver el oro por encima de los 1.738 dólares del momento actual.