Greenpeace ha cortado este viernes el suministro de agua de la sede de la empresa ACS en Madrid para denunciar las obras que se están llevando a cabo en el río Cahabón, al norte de Guatemala, para la construcción de una hidroeléctrica que afecta a más de 29.000 indígenas.

Cerca de una veintena de miembros de Greenpeace se han concentrado durante la mañana de este viernes a las puertas de la sede de la constructora ACS, presidida por Florentino Pérez, en el barrio de Chamartín, para reflejar la situación actual de la población indígena quekchís, según ha informado a Efe el portavoz de la asociación, Miguel Ángel Soto. 

Las obras, que realiza Cobra, filial guatemalteca de ACS, no están respetando las directrices de Naciones Unidas sobre empresas y derechos humanos, ya que están dañando los intereses del pueblo indígena al dejar a más de 29.000 personas con un uso restringido del agua, según Soto.