La multinacional Gopuff, empresa norteamericana dedicada a la venta de productos de consumo a través de una aplicación móvil o de su página web, ha presentado a los representantes de los trabajadores el inicio del período de consultas para el despido colectivo de los 186 trabajadores de sus oficinas y de sus cinco tiendas en Madrid, acabando así con la totalidad de su plantilla en España e iniciando su salida del país.

La multinacional, que funciona exclusivamente en Madrid desde abril de 2021, es una empresa del denominado sector quick commerce (comercio electrónico ultrarrápido) y compite con Glovo, Gorillas, Getir, Delivery Hero, Uber, Amazon y otros en el sector. 

Este tipo de negocios, que han proliferado especialmente a raíz de la crisis del coronavirus, han cambiado los hábitos de consumo, especialmente entre los habitantes de las grandes ciudades, que ya no necesitan planificar su compra semanal, sino que pueden realizar pedidos desde la comodidad de su casa y recibir sus productos en la puerta en un tiempo estimado de 20 minutos.

No obstante, este negocio revolucionario lleva tiempo siendo denunciado por las pésimas condiciones laborales que sufren sus trabajadores, al igual que sucede con otras empresas del tipo delivery. Estas denuncias se han hecho aún más patentes a raíz del anuncio de Gopuff de dejar en la calle a la totalidad de su plantilla.

Los trabajadores se han organizado para denunciar a través de Twitter las condiciones laborales que sufren los empleados, que pasan por centros de trabajo a más de 35ºC, ritmos de trabajo frenéticos o despidos encubiertos. “Temperatura ahora mismo en una tienda de Gopuff. Riders obligados a llevar pantalón largo con forro polar a 38 grados en Madrid", señalan desde Twitter los empleados, que aseguran que las constantes denuncias y demandas han sido obviadas por parte de la empresa.

 

Gopuff no es la única

Desde sus inicios, la idea de estar sumergidos en una burbuja ha acompañado al sector de envíos ultrarrápidos y Gopuff no es la única compañía del sector en realizar este tipo de prácticas. También la alemana Gorillas aterrizó en España el pasado junio de 2021, con riders asalariados y con la promesa de llevar cualquier producto en tan solo diez minutos.

Sin embargo, un año más tarde la burbuja acabó por estallar. Ya en mayo de este año, 300 personas fueron despedidas en Berlín y, en España, Gorillas se apresuró a anunciar que buscaba un socio para evitar echar el cierre.

El pasado 15 de junio, se retomaba la estrategia seguida en Berlín y las 300 familias españolas que dependían de Gorillas recibían el temido correo electrónico que les avisaba de un despido colectivo, al igual que está sucediendo con Gopuff. La diferencia principal entre las dos compañías es que, a causa del corto periodo de vida de la primera, los trabajadores han visto imposible sindicarse y conseguir por tanto una extinción digna de los contratos.

La estrategia de Gopuff

El plan de reestructuración de Gopuff significa el cierre de los establecimientos en Francia (25 establecimientos) y España (cinco) y reducir a un 25% la plantilla laboral de 50 trabajadores de Luxemburgo. El despido en España supondría abandonar su inversión, que, según el plan estratégico de 2022, suponía la maduración y la obtención de una rentabilidad positiva en el año 2026, teniendo previsto un apoyo financiero de 15 millones de euros.

El objetivo era incrementar el número de supermercados, de clientes, del importe del pedido medio -al pasar de 12,7 euros a 22,7 euros por pedido-, reducir el coste de los pedidos y llegar a acuerdos con alguna cadena de supermercados. Objetivo que, a la luz de los acontecimientos, está cada vez más lejos de alcanzarse. 

Los representantes de los trabajadores, cuyo 75% corresponde a riders y almaceneros, han mostrado su oposición a los despidos y han instado a la empresa a mantener el plan estratégico adaptado a la nueva coyuntura económica.