El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el techo de gasto como el primer paso para aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2021, basándose en las nuevas perspectivas económicas del Gobierno tanto para este año como para 2021, anunciadas por la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño.

Calviño ha avanzado una caída del PIB del 11,2% para este año y una tasa de paro del 17%. En esta línea, el Gobierno prevé alcanzar el 118% de la deuda española sobre el PIB este año, “un salto de más de 20 puntos porcentuales”. Sin embargo, este aumento “no supone la emisión de deuda adicional sobre lo previsto en el programa y calendario de deuda”, tal y como ha afirmado la ministra, sino que ha avanzado que se podrían reducir las emisiones de deuda durante este 2020.

Calviño ha explicado que las previsiones son peores que las del 30 de abril, como consecuencia del peor comportamiento del segundo trimestre y el “periodo de hibernación”. En este punto destaca que empeora el consumo privado, por el aumento del ahorro de los hogares; mientras que mejoran las previsiones de inversión, exportaciones e importaciones.

Para 2021, el Gobierno prevé una “notable recuperación” en el 7,2%, una cifra mejor que la anticipada. Sin embargo, la ministra matiza de que son “cifras inerciales que no tiene en cuenta en Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia, que tendrá un impacto muy importante sobre el consumo, inversiones y empleo”. Teniendo en cuenta este plan, se prevé un crecimiento del 9,8% en 2021.

"Salud y economía van de la mano"

Con respecto a la segunda ola de rebrotes, asegura: “Se observa un ligero efecto negativo de la economía en las zonas donde hay brotes, que se recupera cuando se recupera la confianza de los consumidores. Esto confirma que salud y economía van de la mano. Así se demuestra la importancia de atajar rápidamente los brotes de la pandemia para mantenernos en la tendencia positiva hasta que llegue la solución a la pandemia”.

Estas previsiones están repletas de una “elevada incertidumbre y un conjunto de riesgos”, según Calviño, entre los que se encuentran el impacto de los fondos europeos en la economía española, la inercia de que el impacto transitorio de la crisis pueda tener un impacto estructural, tensiones comerciales como el Brexit y, especialmente importante, la evolución de la pandemia y las perspectivas de vacunación.

“La recuperación de la economía española está en marcha”, asegura Calviño, que apuesta por una V asimétrica, con un fuerte crecimiento de la economía en 2021. “Habrá un impulso adicional si como país aprovechamos las oportunidades de los fondos comunitarios para abordar un plan de inversiones y reformas, imprescindible para conseguir un crecimiento más robusto, sostenible e inclusivo a medio plazo. De esta forma, la economía española podría recuperar en 2022 los niveles previos a la pandemia”, avanza la responsable económica.

Calviño ha reconocido que “el ejercicio de realizar previsiones económicas es especialmente complicado en un entorno marcado por la alta incertidumbre”, por lo que se han apoyado en las revisiones de diferentes organismos y reconoce que todos parten de una misma hipótesis: “La previsión para 2020 es ligeramente peor con respecto a los datos de primavera, pero es ligeramente mejor para 2021”.

La vicepresidenta económica ha destacado el “impacto diferenciado de la pandemia en diferentes sectores”, especialmente en aquellos más afectados por la caída de la demanda, como son el turismo, el transporte y la hostelería, así como “el peor comportamiento relativo de la economía española”. Por otro lado, también se observan diferencias según los territorios ya que, según las cifras del Gobierno, en Cantabria o Murcia se ha recuperado el 90% del empleo mientras en Baleares y Canarias se sitúa entre el 40% y el 60%.

Sin las medidas ejecutadas, la economía podría haber sufrido “una caída de más del 25% del PIB"

Además, recuerda que la vulnerabilidad por el “pequeño tamaño de las empresas españolas y la alta temporalidad habría llevado a una destrucción masiva de empleo”. Para ello, el Gobierno aprobó en el inicio de la pandemia una serie de medidas para paliar el impacto de la pandemia en la economía española que, según Calviño, podría haber alcanzado “una caída de más del 25% del PIB y la destrucción de más de 3 millones de empleos”.

Así, cifra el impacto de las medidas como los ERTE, las ayudas a autónomos, los avales del ICO y los planes de apoyo sectoriales y a empresas estratégicas en más del 5% del PIB en apoyo presupuestario y en un más de un 15% en medidas de liquidez. De hecho, según la ministra y según datos del BCE, la línea de avales del ICO española es “la de mayor impacto desde el punto de vista de la liquidez” con respecto al resto de países europeos.

Hasta finales de septiembre se han formalizado 824.000 operaciones avaladas por el ICO, de las que el 98% se han dirigido a pymes y autónomos, con más de 102.000 millones de euros en financiación. En el caso de los ERTE, “un instrumento fundamental”, se ha reducido paulatinamente el número de afectados desde el mes de mayo hasta los 2,7 millones actuales, desde el pico a finales de abril, en los 3,4 millones. Es decir, tal y como ha afirmado Calviño, “más del 80% han salido ya del ERTE”.

En la misma línea, ha destacado la recuperación de afiliados a la Seguridad Social, matizando una vez más una “recuperación continua y desigual, según ramas y territorios”. En cifras, Calviño asegura que ya hay más de 500.000 afiliados en la Seguridad Social más que en el periodo más duro de la hibernación y ya ha alcanzado niveles de febrero de 2019, tras registrar en agosto y septiembre “los mejores datos de afiliación de la serie histórica”.

Además, la ministra ha destacado que los datos de consumo energético o el gasto con tarjeta certifican que se mantiene la recuperación de la economía.