La Generalitat de Cataluña, el Gobierno central y AENA han alcanzado un acuerdo histórico para impulsar la ampliación del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona‑El Prat. El pacto incluye una inversión total prevista entre 2.000 y 3.000 millones de euros para ejecutar una remodelación integral de las instalaciones, destinada a reforzar su proyección como hub internacional y desahogar su capacidad operativa.

Pilares de la ampliación

El proyecto contempla dos grandes ejes de actuación:

  1. Prolongación de la tercera pista, la más cercana al mar, cuya extensión podrá alcanzar los 500 metros adicionales, en función de los estudios técnicos definitivos.
  2. Construcción de una nueva terminal satélite, ubicada junto a la Terminal 1, diseñada para absorber el incremento de vuelos, especialmente los intercontinentales, que fortalezcan la posición de Barcelona como puerta de entrada entre Europa, América y Asia.

A estas dos intervenciones se suman reformas profundas en las Terminales 1 y 2, mejoras en las áreas de estacionamiento, y una iniciativa de renaturalización de casi 300 hectáreas del parque agrario del delta del Llobregat, con el fin de compensar los impactos medioambientales derivados de las obras.

Un plan con doble estrategia: crecimiento y sostenibilidad

Según ha destacado el Govern, estas intervenciones permitirán afrontar el récord registrado en 2024, cuando El Prat superó los 55 millones de pasajeros, cifrándose como una infraestructura al límite de su capacidad. En respuesta, se ha puesto en marcha un paquete de medidas para mitigar impactos ecológicos, que incluye:

  • La recuperación de casi 300 ha del entorno del aeropuerto, para reforzar el equilibrio ecológico del delta.
  • Proyectos adicionales, como la incorporación de halcones para minimizar la siniestralidad aviaria por colisión con aves, así como otras iniciativas para preservar la biodiversidad del entorno.

Una aritmética política compleja

El proyecto, liderado por el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha sido defendido como "una oportunidad para dar alas a la economía catalana". No obstante, enfrenta resistencias:

  • Los socios de investidura del PSC —ERC y los Comuns— han expresado su reticencia, alegando que “el cambio climático choca con la ampliación” de una infraestructura que promueve el aumento de tráfico aéreo.
  • La alcaldesa de El Prat, Alba Bou (independiente, cercana a ERC), cree que “no es buena ni para el ecosistema ni para la ciudadanía” y prevé un rechazo desde la Comisión Europea por la afección a espacios protegidos del delta.
  • En contraste, la alcaldesa de Gavà, Gemma Badia (PSC), ha apoyado el acuerdo, subrayando que garantiza la “paz acústica” a los vecinos, y ha asegurado que se puede defender el desarrollo sin comprometer la calidad de vida local.

Calendario y perspectivas

El inicio formal de las obras se integrará en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA III), cuyo próximo periodo comienza en 2027. Además, AENA ya ha canalizado una inversión previa (entre 80 y 800 millones de euros, según el medio consultado) para la remodelación inicial de la T1.

El presidente Illa ha convocado una comisión técnica, enmarcada en la comisión bilateral entre Generalitat y Estado, con comparecencia pública prevista para detallar el calendario, las fases de obra, y el impacto socioeconómico y ambiental del plan.

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