Una de las noticias de la semana la ha dado el actual y revalidado presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, tras haber regularizado y blindado su situación laboral para evitar irregularidades de cara a la Seguridad Social. No obstante, no ha sido este hecho el que ha llamado la atención sino más bien la subida de salario de un 8'5% que ha experimentado su salario, algo que ha levantado ampollas a quienes recuerdan que el empresario se ha negado a subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a los más vulnerables.

El presidente de la CEOE también se ha encargado de insistir durante los últimos meses que no iba a admitir "bajo ningún concepto, que las subidas salariales estén indexadas, vinculadas, a la inflación". Mientras hacía estas declaraciones, Garamendi no aparecía en el portal de transparencia y tampoco lo hacía en las cuentas anuales de la CEOE, organización que él mismo preside. El empresario figuraba como personal contratado por la organización, es decir, cobraba a través de facturas como si de un autónomo se tratase. Para regularizar este hecho, el presidente de la patronal ha firmado un contrato de alta dirección, por el que recibirá un salario de 380.000 euros, un 8'5% más de lo que cobraba con su anterior situación laboral (ahora cobrará cerca de 400.000 euros con dietas incluidas).

Las reacciones políticas no han tardado en llegar, siendo una de las más representativas la de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, al haber sido quien se ha sentado a negociar con Garamendi en múltiples ocasiones buscando una subida del SMI. Al conocerse este hecho, Díaz ha admitido estar “francamente sorprendida” y ha señalado que “en la vida hay que ser coherente y seguramente con un salario (aproximado) de 400.000 euros tendrá la perspectiva suficiente para ver que hace falta una subida de salarios”.

Polémicas de todos los colores

Esta no es la primera vez que el presidente de la CEOE se ve envuelto en una polémica debido a su salario, pues ya en el 2019 se cuestionó su actitud al negarse con rotundidad a dar cuentas públicamente del salario que percibía como líder de la patronal y representante los empresarios españoles.

También estuvo en el punto de mira, aunque esa vez solo en el del sector de la derecha, cuando en 2021 Garamendi se mostró “no contrario” a los indultos a los políticos relacionados con el procés propuestos por el Gobierno central, y señaló “si las cosas se normalizan, bienvenidos sean”. De manera casi contradictoria, tuvieron que ser los secretarios generales de UGT y CC.OO. quienes más directamente criticaron el “linchamiento” hacia el presidente de la CEOE por parte de la derecha mediática y política, que en ese momento aún lideraba Pablo Casado. El episodio desembocaría en unas lágrimas que Garamendi no pudo contener al contar con el apoyo de los empresarios en la Asamblea General de la CEOE.

Conexiones con la jet set madrileña y con el PP

Otras de las conversaciones en las que se ha visto insertado el nombre de Garamendi han sido las relacionadas con la nobleza española, pues el representante de los empresarios españoles está casado con María Acha Satrustegui, miembro de una familia noble propietaria del Palacio de Negralejo y que conecta al líder de la CEOE con la jet set madrileña. Su matrimonio lo convierte en tío político de Laura Vecino, esposa de Rafael Medina, XX duque de Feria y padre de Luis Medina, acusado por la venta irregular de mascarillas al Ayuntamiento de Madrid.

Además, a través de Rafael Vecino, el cuñado de Garamendi y expresidente de la multinacional norteamericana Babcock & Wilcox, Garamendi tiene ciertas vinculaciones con el PP, ya que Vecino es un empresario muy próximo al Partido Popular.