La mañana de este martes amanecía con el anuncio del presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, de acometer una reforma fiscal. Este anuncio se produce en plena batalla fiscal contra las comunidades del PP, tras el anuncio del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, de suprimir el impuesto de Patrimonio, eso sí, solo para las rentas más altas.

En esta ecuación fiscal, quién tampoco se queda fuera es la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quién se vanagloria de que Madrid es “la única región sin impuestos propios”. No obstante, ambas políticas fiscales, la madrileña y la valenciana, nada tienen que ver entre sí.

La “reforma fiscal progresiva” de Puig

Mientras que las exenciones fiscales de Andalucía y Madrid van orientadas a beneficiar a las rentas más altas, la acometida por Ximo Puig tiene como objetivo beneficiar a la clase media, la más castigada por el contexto económico actual. Dicha reforma se apoya en tres grandes medidas: un aumento del 10% de la cuantía exenta de tributación a todos los ciudadanos hasta los 60.000 euros de renta anual, nuevos tramos rebajados del IRPF para este ejercicio y una ampliación del 10% en las deducciones existentes.

En primer lugar, este aumento del 10% de la cuantía exenta de tributación se ha elevado al máximo permitido por la ley. Esta tasa se refiere a los recursos que cualquier persona necesita para subsistir y que quedan fuera del gravamen.

Este aumento se sitúa por encima del de Madrid (4,1%) y el de Andalucía (4,3%). Así pues, mientras que cada persona tenía una cuantía exenta de tributación de 5.500 euros, ahora con la nueva medida de Puig, la cuantía exenta de tributación asciende a 6.105 euros, a lo que se suman las exenciones fiscales por hijos o personas dependientes.

En segundo lugar, con la reforma del tramo autonómico del IRPF, que no deflactación, se benefician exclusivamente a la rentas medias y trabajadoras de hasta 60.000 euros. Esto supone un 97,4% de los contribuyentes valencianos que se ahorrarán hasta 111 euros de media por declaración.

Con la reforma de tramos de este gravamen, la clase trabajadora valenciana se ahorrará hasta 94,45 euros y la clase media, 67 euros. Asimismo, los valencianos de clase alta no se verán ni beneficiados ni perjudicados por esta medida.

En tercer lugar, también se aumentarán las deducciones existentes en un 10%. Así pues, por ejemplo, la deducción por hijo pasa de 270 euros hasta los 300 euros. Con esta nueva reforma se amplían también los límites de renta para beneficiarse de las deducciones (de 25.000 a 30.000 euros en el caso de declaraciones individuales y de 40.000 a 47.000 euros en el resto)

Pero la reforma fiscal del Consell no se limita solo a aumentar las deducciones si no que se crean dos más. Por un lado, el acceso a la reproducción asistida para mujeres mayores de 40 años cuyos tratamientos no se encuentran cubiertos por la seguridad social hasta un máximo de 100 euros y, por otro lado, una nueva deducción para ayudar a hacer frente al incremento de los tipos de interés en hipotecas firmadas a partir del 1 de enero de 2014, hasta un máximo anual de 100 euros.

De esta forma, la Generalitat ayuda a las clases medias a superar los efectos derivados de la crisis energética y la inflación a la par que mantiene de forma íntegra el Impuesto sobre el Patrimonio, “que, a diferencia del IRPF, únicamente tienen que pagar los 27.000 valencianos más ricos, el 0,48% de los contribuyentes”, ha asegurado Puig. Un impuesto por el que la Generalitat recaudará en este ejercicio cerca de 200 millones de euros.