Las rebajas de enero han comenzado y muchos consumidores se lanzan a sus tiendas favoritas para encontrar los productos que desean a un precio más asequible. Sin embargo, como en cualquier ámbito de la vida, siempre existen algunas personas que quieren aprovechar la situación para llenar aún más sus bolsillos y engañar a los demás. Facua – Consumidores en Acción ha advertido de las prácticas fraudulentas que algunos establecimientos desarrollan durante este periodo, aprovechando las ganas de la ciudadanía por renovar su armario.

Hay muchísimos casos de engaños, fraudes en las rebajas y descuentos que no son reales”, advierte el secretario general de la organización, Ruben Sánchez. Para combatir estas prácticas ha sugerido a los consumidores a fijarse sobre todo en el precio final del producto, “con independencia del altísimo porcentaje de descuento que nos digan que están aplicando, que puede que sea cierto o que sea un invento”. No obstante, la responsabilidad no puede recaer únicamente en el consumidor, sino que las administraciones tienen también el deber de intervenir.

“Llamamos a las Comunidades Autónomas (CCAA) y a las autoridades de protección al consumidor a que rastreen el mercado y en las semanas previas rebajas tomen nota de cientos de precios en grandes comercios para comprobar si el descuento es real o se lo han inventado”, ha reclamado Sánchez. Además, ha pedido que se hagan públicas las sanciones por incumplimientos que se detecten durante las inspecciones. La falta de controles, critica Facua, es fruto del creciente abandono de las políticas de protección al consumidor por parte de las comunidades autónomas.

Fraudes más habituales

Antes de nada, cabe recordar que para etiquetar algún producto como “rebajado” o asegurar que cuenta con un descuento es necesario el precio original haya permanecido durante al menos los treinta días anteriores, por lo que la táctica de elevarlo en los momentos previos a las rebajas para, posteriormente, devolverlo a su precio real y venderlo como una rebaja es un fraude. Esta es una de las prácticas fraudulentas que Facua señala como habitual.

Algunas tiendas, directamente, etiquetan como rebajado un producto que no ha visto alterado su precio. También existen rebajas que se exageran, anunciando en las etiquetas o la cartelería colocada junto a los artículos porcentajes de descuentos muy superiores a los reales. Por otro lado, están los comercios que publicitan como rebajados productos que en realidad no habían estado a la venta anteriormente.

Junto a los falsos descuentos, la asociación advierte de las irregularidades en las que incurren muchos comercios durante las rebajas, como negarse a asumir su responsabilidad cuando existen defectos de fabricación, anunciar grandes y suculentos descuentos que solo se aplican en unos cuantos artículos y que desaparecen en los primeros días o prolongar la temporada de rebajas hasta dos meses cuando pasadas varias semanas apenas quedan artículos rebajados en sus estanterías.

Recomendaciones para evitar estafas

Independientemente de la estafa que pueda afectar a los consumidores, la organización insta a ponerlo en conocimiento de las autoridades. “En caso de que una tienda asegure que un producto tiene un descuento y en realidad no exista o su porcentaje de bajada no se ajuste a la realidad, Facua aconseja a los consumidores que puedan probarlo que, además de difundir los hechos a través de las redes para alertar a otros clientes del establecimiento en cuestión, presenten denuncias ante las autoridades autonómicas de protección al consumidor para que apliquen sanciones”.

Además, la asociación recomienda a los consumidores que, en los momentos previos a la compra, no se dejen cegar por los enormes descuentos que supuestamente se aplican en muchos productos y valoren tres elementos esenciales antes de realizar compras:

  • Si el precio final es realmente razonable
  • Si el producto resulta necesario
  • Si el producto representa un capricho asumible que no provocará un arriesgado aumento de sus niveles de endeudamiento

Por último, la asociación recuerda que si los productos adquiridos durante las rebajas tienen algún defecto de fabricación, sea cual sea su porcentaje de descuento, no dejan de tener tres años de garantía, que tiene que asumir el establecimiento. Asimismo, si se adquieren a través de internet, los consumidores tienen catorce días para devolverlos en caso de que se arrepientan.