El Ministerio de Seguridad Social anunciaba el viernes un aumento del gasto en pensiones contributivas, especialmente por el pago de pensiones de jubilación. Mientras las pensiones de jubilación no dejan de aumentar, los pensionistas de viudedad se han reducido en un gran volumen desde los máximos alcanzados en 2012.

Hace casi una década los pensionistas de viudedad tocaron su máximo en los 1,7 millones de perceptores, de los que la mayoría son mujeres. Desde 2012 y hasta este 2021 la cifra ha ido menguando hasta reducir el volumen en 100.000 personas. Por primera vez, la cifra se sitúa por debajo de la barrera de los 1,6 millones.

Sin embargo, las pensiones de viudedad han aumentado hasta las 2,34 millones ya que 760.000 personas cobran dos prestaciones de viudedad, una a través del Régimen General y otra por el RETA.

La pensión media de viudedad ha aumentado paulatinamente y ya supera los 738 euros al mes, lejos de los menos de 500 euros de pensión de 2007. La tendencia se explica por la mayor presencia de la mujer en el mercado laboral desde hace una década, que ha ido reduciendo de forma paulatina la diferencia entre hombres y mujeres trabajadoras.

Así, en 2021 la Seguridad Social cuenta con casi 9 millones de afiliadas frente a los 10,2 millones de hombres cotizantes, con una brecha del 7%. Las diferencias entre la situación actual y la de hace 60 años, cuando se creó este tipo de pensión, es abismal. En ese momento la mujer apenas tenía presencia en el mercado laboral y la viudedad tenía un “papel fundamental al evitar situaciones de pobreza entre las mujeres más mayores”, según un informe de Fedea.

Brechas de género en el sistema

La diferencia de género en el número de cotizantes también aumenta con la edad. Así, para los grupos de entre 25 a 45 años la brecha aumenta del 2% al 9% y alcanza el 15% para los cotizantes de entre 55 y 65 años. “Aproximadamente dentro de 25 años las diferencias de género en el número de periodos cotizados se habrán reducido en un 50% y la gran mayoría de mujeres pensionistas cobrarán una pensión de jubilación”, explica Fedea.

El informe también menciona que cada vez hay menos matrimonios o parejas de hecho, uno de los requisitos imprescindibles para acceder a la prestación. Además, la edad media a la que se produce la viudedad aumenta por la mayor esperanza de vida, por lo que el colectivo y el periodo de cobro cada vez son más pequeños.

También afecta a la reducción de los pensionistas de viudedad del hecho de que las pensiones de jubilación son cada vez más altas y hay más beneficiarios que cobran el máximo permitido. Esto explica que, a pesar de que jubilación y viudedad son compatibles, si el viudo cobra la pensión máxima no podrá acceder a otra, precisamente por este tope legal. Sin embargo, si recibe una pensión menor se compensará hasta el límite de los 2.707 euros mensuales que establece la ley.

“Las nuevas generaciones de jubiladas tiene una mayor pensión de jubilación, puesto que han trabajado más, han tenido mayor salario que las generaciones anteriores (debido a su vez a que tienen un mayor nivel de educación) y un mayor número de estas nuevas pensiones alcanzan el nivel máximo, por lo que es de esperar que ello haga disminuir el número de nuevas pensiones de viudedad”, explica el informe de Fedea.