Las economías europeas continúan sufriendo a manos de la inflación, pero los datos comienzan a mejorar de manera generalizada. Los datos publicados este miércoles por Eurostat, oficina estadística europea, confirman los valores adelantados el pasado mes y sitúan la inflación de la eurozona en marzo en el 6,9%. Entre todos los países destaca, como viene siendo habitual en esta materia, España, que marca el dato más bajo (3,1% armonizado), tan solo por encima de Luxemburgo (2,9%). La economía española es, de lejos, la que tiene un Índice de Precios de Consumo (IPC) más bajo de entre las grandes, que sitúan sus valores varios puntos por encima.  

El conjunto de la zona euro ha conseguido rebajar su tasa de inflación hasta el 6,9%, alejándose del 8,5% de febrero, pero aún se mantiene muy lejos del 3,1% español. Lo mismo le sucede al dato de la Unión Europea (UE), situado en el 8,3%. La evolución del dato español y las medidas aplicadas para conseguirlo acumulan piropos procedentes de Bruselas ya acercan al país al objetivo del 2% exigido por el Banco Central Europeo (BCE). No obstante, a pesar de que la senda se mantiene descendente, la heterogeneidad de los datos evidencia el largo camino que todavía le queda por correr a muchos países y el peso de los alimentos lastra al conjunto del continente.

La zona euro acumula cinco meses consecutivos de caídas, aunque la gran bajada de este mes está influenciada en parte por la comparativa con marzo del 2022, primer mes con efectos de la guerra de Ucrania. De hecho, este mes los precios de la energía en la eurozona registraron una bajada interanual del 0,9%, después de la subida del 13,7% del mes anterior. Excluyendo el impacto de la energía en la inflación, que en esta ocasión tira para abajo del dato, el dato de la zona euro se situaría en el 7,9%.

La nota diferencial entre el dato de la zona euro y el español lo presenta la inflación subyacente -aquella que descuenta el efecto de la energía y los alimentos-. En el caso europeo, aunque presenta un elevado e histórico 5,7%, se mantiene por debajo del IPC general; sin embargo, en España la inflación subyacente se sitúa ya desde hace meses por encima del índice general, marcando en el último dato un 7,5%. No obstante, por primera vez desde septiembre, el dato experimentó un descenso leve y frenó su tendencia al alza. Por el contrario, en lo referido al régimen general, España lleva mucha ventaja.

Diferencias entre países

De los 19 países que cuentan con el euro como divisa, destaca en el extremo negativo Hungría, con un dato disparado del 25,6%. El pódium de países con mayor tasa lo completan Letonia con un 17,2% y la República Checa (16,5%). En el extremo opuesto se sitúa Luxemburgo con un 2,9% y España con un 3,1%. El siguiente en aparecer es Países Bajos, que supera la barrera del cuatro y marca un 4,5%. Así, España y Luxemburgo se sitúan como las únicas economías con valores en torno al 3%, quedando evidenciada la gran resiliencia de la economía española.

De hecho, España distancia ya en 3,8 puntos porcentuales al conjunto de la eurozona, diferencias que se acrecientan en comparación con las grandes economías, como ya mostraban los datos adelantados. Atendiendo a estos, Italia marca una inflación del 8,2%, cinco puntos por encima, Portugal del 8% (+4,9 puntos), Alemania del 7,8% (+4,7 puntos) y Francia del 6,6% (+3,5 puntos). Así, por debajo de la media tan solo se sitúan, a parte de los ya mencionados, Finlandia (6,8%), Chipre (6%) y Grecia (5,4%), que se suman a Luxemburgo, España, Países Bajos, Bélgica y Francia.

Los alimentos disparados a nivel europeo

Si existe una variable que golpea tanto a España como al resto de países es el encarecimiento de la cesta de la compra. Los precios de los alimentos en la zona euro han vuelto a acelerar en marzo su subida, con un alza del 14,7%, frente al 13,9% interanual de febrero, mientras que otros sectores como los servicios, aunque se han encarecido, se sitúan en el 5,1%. A su vez, los bienes industriales no energéticos se encarecieron un 6,6%, frente al 6,8% de febrero. La evolución de los precios de los alimentos en el tercer mes del año en España se situó en el 16,5% en marzo, lo que supone una contención de los precios, con la reducción de una décima, y lleva la contraria a la tendencia europea.

No obstante, a pesar de su mínima reducción, cuyo aspecto más positivo es frenar el alza, los alimentos se mantiene siendo el grupo de productos más golpeado por la inflación en España y podría serlo aún más por los efectos de la sequía. El dato marzo se estanca en el 16,5% y, si bien es una décima más bajo que el reflejado en febrero, se mantiene a más de un punto del presentado a comienzos de año (15,4%). Además, el valor intermensual presenta una evolución positiva del 1,1%, debido a la subida de la mayoría de los productos, destacando especialmente las legumbres, las hortalizas y la carne.

Los productos más afectados son los que componen la cesta de la compra básica. Las legumbres y hortalizas presentan un incremento del 27,8% con respecto al mismo mes del pasado año; todas las carnes, destacando la de porcino (19,6%), superan las dos cifras; la leche (30,4%), los aceites y las grasas (28,1%) y los huevos (24,5%) despuntan también en sus valores. La nota positiva la ponen las frutas frescas (5,6%) y el pescado fresco (7,2%), que muestran una evolución mucho más moderada dentro de la cesta básica.