El impacto del coronavirus en la economía internacional y, en concreto, en España, ha provocado la destrucción de empleo más rápida a nivel nacional. Tal y como certificaban las cifras de paro, en apenas dos semanas, tras la declaración del estado de alarma el 14 de marzo, se perdieron casi un millón de empleos.

Sin embargo, las cifras no son tan malas teniendo en cuenta el nivel de la recesión, según afirma El Confidencial, y España ha mejorado con respecto a crisis anteriores, cuando se disparaba la destrucción de empleo y generaba efectos secundarios negativos que afectaban fuertemente a la recuperación del mercado laboral.

La salvación ha sido, en este caso, la aprobación de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), diseñados para frenar el impacto del coronavirus en el mercado laboral mediante el pago de los costes salariales de las empresas afectadas por la pandemia. Es decir, si no fuera por los ERTE la destrucción de empleo habría sido muy superior.

Así, El Confidencial asegura que a pesar de que España ha perdido parte importante del empleo, ha conseguido un avance muy importante gracias a esta medida y prevén que todavía mejore la cifra de paro.

En 2008 se perdió un 4% del PIB y un 7,2% del empleo

El impacto de la pandemia sobre el mercado laboral se puede comparar con las crisis anteriores. Atendiendo a las cifras, en la crisis de 2008 la economía española perdió un 4% del PIB y un 7,2% del empleo. Es decir, se perdieron casi dos puntos de empleo por cada punto del PIB. En ese momento, España se postuló como el único país de la eurozona, junto a Irlanda y Letonia, donde la caída del empleo era superior a la del PIB.

Ahora la situación es diferente y aunque la economía española ha registrado la caída del PIB más brusca de su historia, la destrucción de empleo ha sido muy inferior. En cifras, la caída acumulada del PIB en el primer semestre ha sido del 22% mientras que la pérdida de empleo se ha situado en un 8,1%. Por cada punto de destrucción del PIB, se pierden 0,4 puntos de empleo, muy por debajo de la crisis de 2008.

El Confidencial explica que, en el caso de mantenerse la proporción de destrucción PIB/empleo de la crisis de Lehman Brothers, la pandemia se habría llevado a 8 millones de empleo por delante, muy por encima de los 1,7 millones perdidos en la realidad. Es decir, los ERTE habrían salvado alrededor de 6 millones de empleos en el impacto inicial.

A pesar del impacto de la pandemia en el mercado laboral, los expertos no descartan que algunos de los trabajadores que hoy están en ERTE puedan convertirse en parados en los próximos meses. Igualmente, tampoco significa que los empleos destruidos en las crisis anteriores se hubieran recuperado en los últimos años con la recuperación económica.

Características de la crisis

Más allá de los ERTE, que llegó a superar los 3,3 millones de trabajadores acogidos a esta medida, las características propias de la crisis también han jugado un papel clave, según el medio. El hecho de ser, inicialmente, una crisis corta con la recuperación en forma de V significa que las empresas tendrían que recuperar rápidamente a sus plantillas tras el confinamiento.

Ante esto, las empresas han optado por mantener sus trabajadores y no hacer frente al coste en términos de capital humano elevado, con un nivel de ahorros reducido, que supondría despedir a estos trabajadores.

El resto de Europa ha mantenido la tendencia, con una mejora en la destrucción de empleo a nivel internacional. En cifras, la eurozona perdió 0,6 puntos de empleo por cada punto del PIB en la crisis de 2008 mientras que ahora se ha moderado hasta 0,2 veces.

Uno de los problemas estructurales del mercado laboral español es la alta tasa de temporalidad, por encima del 26% del empleo total. Este es una de las causas por las que se perdió alrededor de un millón de empleos en apenas un mes. Este sería el próximo objetivo de las administraciones: acabar con la temporalidad del mercado laboral.