Toblerone, la popular marca de chocolatinas, se ha marcado un Ferrovial y ha anunciado el traslado de su producción a Eslovaquia desde su Suiza natal. La compañía comunicó su decisión en junio de 2022, después de más de un siglo de fabricación de sus productos en Berna, pero es ahora cuando tiene que hacer frente a las consecuencias. La fuga de Toblerone de su Berna natal obliga a la compañía a realizar un cambio de imagen: tiene que borrar de su logo el monte Cervino, también conocido como Mattherhorn, de su característico packaging.

Para ser exactos, no es exactamente el Gobierno quien obliga a Toblerone a modificar su logo tras anunciar su marcha de Suiza, donde había mantenido toda su producción desde su nacimiento en 1908, sino la propia legislación nacional. El país chocolatero por excelencia cuenta con una ley que prohíbe usar símbolos nacionales del país, ya sea la bandera como tal o paisajes característicos, para promocionar productos que no sean elaborados o producidos dentro de las fronteras suizas.

La legislación nacional protege la marca Suiza, especialmente en aquellos productos más característicos de su economía. El chocolate suizo es uno de los más valorados a nivel mundial y, hasta ahora, Toblerone era uno de los grandes exponentes de la marca Suiza en todo el mundo. Hasta que ha decidido mover su centro de producción a Bratislava, la capital de Eslovaquia. Ahora, la marca debe rediseñar el logo incluido en sus peculiares envases amarillos para cumplir con la ley.

Suiza aprobó en 2017 esta norma, con la que busca proteger los productos nacionales, que mantiene que un producto debe contar con, al menos, el 80% de sus materias primas procedentes del territorio nacional para poder comercializarse como producto local. El porcentaje aumenta hasta el 100% en el caso de la leche y sus derivados. Una protección legal frente a imitaciones que ahora obliga a Toblerone al rediseño de su logo.

Mondelez, la multinacional estadounidense dueña de Toblerone y responsable de su comercialización desde 2012, ya ha asegurado que, a partir de ahora, el packaging de las chocolatinas llevará impreso un monte más genérico -que no podrá ser el monte Cervino característico de Suiza- y que también cambiará el etiquetado de “fabricado en Suiza” a “establecido en Suiza”. Entre otros de los cambios que llevará el envase de las populares chocolatinas también se encuentra el tipo de letra. Un nuevo packaging para Toblerone por huir de su país natal.

¿Tendría que cambiar Ferrovial el amarillo de su logo?

Con los cambios que ha anunciado Mondelez, la encargada de la comercialización de la barrita Toblerone desde 2012, parece que lo único que mantendrá el envase exactamente igual que hasta ahora será el color amarillo. Un color amarillo muy parecido al que casualmente utiliza Ferrovial en su logo. La imagen corporativa de la constructora española responde a un fondo blanco con letras amarillas, aunque en ocasiones aparece con un fondo del mismo tono de amarillo con las letras en negro. Un tono amarillo similar también al gualda de la bandera de España.

Con el cambio de logo de Toblerone por irse de su país sobre la mesa, ¿qué le puede pasar al de Ferrovial si finalmente su junta de accionistas, anunciada ya para el próximo 13 de abril, ratifica el traslado de su sede social de Madrid a Países Bajos? Nada, Ferrovial no tendrá que cambiar su logo o su imagen corporativa si se va finalmente de España. Esto ocurre precisamente porque la legislación española no permite que las empresas registren como marca signos o indicaciones que indiquen la procedencia geográfica del producto o de la propia compañía.

La Ley de Marcas 17/2001, de 7 de diciembre, explica en su artículo 5 las prohibiciones absolutas a la hora de registrar una marca en territorio nacional. El apartado 5c indica que está prohibido cualquier signo que se componga exclusivamente de signos o indicaciones que puedan servir en el comercio para designar el destino, el valor o la procedencia geográfica, entre otras características del producto o del servicio. Pero la ley va incluso más allá.

La legislación vigente española prohíbe los logos en marcas “que reproduzcan o imiten el escudo, la bandera, las condecoraciones y otros emblemas de España, sus comunidades autónomas, sus municipios, provincias u otras entidades locales”. Una prohibición a las marcas con un matiz, que estas tengan la debida autorización de las entidades correspondientes. Una autorización que debe cumplir también con el Convenio de París a nivel europeo como un paso por encima de la legislación española, así como cumplir con el resto de acuerdos internacionales en materia de marcas y propiedad intelectual en vigor.

Es decir, Ferrovial no tendría que cambiar su logo si finalmente cambia su sede social de Madrid a Países Bajos. Primero porque no tiene ningún elemento representativo de la marca España en su logo, más allá de un tono de amarillo similar al de la bandera nacional. Segundo: la Ley de Marcas no dice nada de los colores. Y tercero: para poder haber puesto algún elemento de la marca España en su logo tendría que haber pedido las autorizaciones pertinentes.