El consejo gestor del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas, gestionado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha acordado denegar definitivamente el rescate de Abengoa. La solicitud de ayuda pública de la compañía ascendía hasta los 249 millones de euros. Con esta resolución, Abengoa queda abocada hacia el que puede ser uno de los mayores concursos de acreedores de la historia empresarial española, con un agujero de casi 6.000 millones de euros, y a la destrucción de 5.000 puestos de trabajo.

Abengoa había presentado alegaciones a los informes de SEPI, que ya había desestimado la petición de rescate público para seis filiales del grupo (Abengoa Energía, Abener Energía, Abengoa Agua, Inabensa, Abengoa Operación y Mantenimiento y Abengoa Solar España). La compañía buscaba con esta inyección un plan para garantizar su viabilidad futura y evitar un nuevo concurso de acreedores.

Según fuentes de la SEPI, las alegaciones presentadas por la compañía "no desvirtúan la existencia de los riesgos e incertidumbres expuestos en los informes de los asesores". Además, finalmente la decisión ha sido desfavorable para la multinacional sevillana "al no estar demostrada la viabilidad y no estar garantizado el reembolso del préstamo solicitado".

La no concesión del rescate era la resolución más plausible después de que este lunes, en la comparecencia tras el Consejo de Ministros, la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, comunicase las ayudas públicas concedidas a diferentes empresas y excluyese a Abengoa del listado. La denegación de la ayuda pública hace prácticamente decaer el plan para que el fondo estadounidense Terramar aportara 200 millones de euros a cambio del 70% capital, ya que estaba vinculado a la inyección de dinero público. 

Esta situación la han lamentado los trabajadores estos últimos días y han señalado que "en mayo de 2021 los representantes de los trabajadores mantuvimos contactos con del Gobierno de España, en la que nos informaron de que estaban comprometidos con Abengoa y sus trabajadores en la búsqueda de soluciones de viabilidad para la compañía, pero desde entonces no habíamos vuelto a tener noticias, entendemos que ese momento ha llegado”.

Los trabajadores, a través de protestas, han pedido auxilio al Gobierno para “no permitir un solo parado más ni permitir que nuestro trabajo desaparezca"; sin embargo, finalmente el rescate público ha sido denegado por fallos técnicos y por la inviabilidad futura de la compañía que evitase un nuevo concurso de acreedores y pudiese devolver el préstamo.