La economía circular ha dejado de ser una opción para convertirse en deber ineludible para todas las empresas. Así lo sostiene José Luis Gallego, divulgador ambiental que acaba de publicar el libro 'Circulando hacia una nueva economía', editado por Profit, en el que recoge una treintena de ejemplos de casos de éxito de países, ciudades, grandes compañías y modestos negocios que han apostado por un desarrollo verde y sostenible.

"Las empresas que están empezando tienen que ser nativas circulares", asegura en una entrevista para ElPlural en la que añade que los primeros circulares son los consumidores. "La economía lineal ha acabado, no tiene futuro, no sólo porque medioambientalmente sean insostenibles, sino porque el mercado lo va a penalizar", argumenta. 

PREGUNTA- ¿Crees que la pandemia del coronavirus habría sido diferente si hubiéramos respetado más el planeta?
RESPUESTA.- Lo que yo crea como divulgador ambiental tiene poco valor, lo importante es lo que creen los científicos que están siguiendo el deterioro del planeta y el acoso al que estamos sometiendo a la naturaleza, y que vienen alertándonos desde hace muchas décadas. Eso sí que tiene valor. Los divulgadores ambientales nos dedicamos a dar voz a estos científicos, que están siendo ninguneados por nuestros gobernantes y se desgañitan al intentar hacer llegar a la sociedad sus conclusiones. Los científicos llevaban varias décadas informándonos de que el acoso a la naturaleza o la destrucción de las barreras que teníamos con los ecosistemas iba hacia episodios de transmisión de enfermedades que hasta ahora habían estado en el ámbito de los animales salvajes, virus que estaban ahí, perfectamente controlados y que, sin embargo, con la destrucción de la naturaleza y la transgresión de los equilibrios en los ecosistemas, han pasado a los humanos: el SARS, el ébola, ahora el Covid-19, mañana quién sabe qué…      

"La esperanza está en cambiar nuestro sistema productivo y el único sendero posible es la economía circular"

P.- La realidad que dibujan estos científicos parece apocalíptica. ¿Hay algún motivo para la esperanza? ¿Conseguiremos revertir el grave daño que estamos haciendo al planeta?
R.- Por supuesto que hay motivos para la esperanza. La esperanza está en cambiar nuestro sistema productivo. Si lo que nos ha traído hasta aquí ha sido un desarrollo absolutamente insostenible, la lección parece muy clara: dejemos de ir por ahí. Esa es la primera lección, lo entendería un párvulo. Hay que dejar de avanzar por esa senda sin retorno que nos lleva al acantilado, aunque sea una senda muy confortable y perfectamente asfaltada, en la que podemos circular a alta velocidad, y tomar el sendero. Está lleno de piedras, lleno de baches, es más costoso, más incómodo, pero nos lleva al futuro con toda seguridad. Y ese sendero es el de la economía circular y el del desarrollo sostenible.

P.- En tu libro ‘Circulando hacia una nueva economía’, pones ejemplos de algunas empresas que sí que están aplicando estos criterios de economía circular y siguiendo ese sendero del que hablas. ¿Debería ser un camino común para todos?
R.- Efectivamente, esa es la clave. El tránsito hacia una economía circular tiene que ser un movimiento armónico, en el que todos los instrumentos vayan acompasados, en el que algunas empresas alcanzarán un ritmo de desarrollo más rápido, y otras que lo verán aminorado, pero que podrán seguir creciendo. He tenido ocasión de conocer algunos casos que me han parecido ejemplares, hay muchísimos más, pero lo que he pretendido con este libro es hacer una especie de guía de campo. Yo soy naturalista y llevo toda mi vida manejándome con guías de campo, que te enseñan a identificar a las especies, son esos manuales para salir a la naturaleza y ponerle nombre a las cosas. Ahora he pretendido hacer una guía de campo de empresas que están creciendo de una manera circular. Están quemando las naves, no hay vuelta atrás. Y hay desde grandes empresas cotizadas en el IBEX hasta negocios que han montado chavales de bachillerato y que los han colocado en la órbita empresarial.

Portada del libro 'Circulando hacia la nueva economía', de José Luis Gallego
 

"Los que saben ser circulares son, sobre todo, los consumidores y van a ignorar a las empresas que no avancen en este sentido"

P.- ¿La economía circular también está al alcance de todos, pequeñas y grandes empresas?
R.- Las empresas que están empezando tienen que ser nativas circulares. Ese sería mi consejo. Que desoigan y desatiendan los modelos que les planteen quienes siguen pensando en la economía lineal. La economía lineal ha acabado, no tiene futuro, no sólo porque medioambientalmente sean insostenibles, sino porque el mercado lo va a penalizar. Los que saben ser circulares son, sobre todo, los consumidores y van a ignorar a las empresas que no avancen en este sentido. Yo recomendaría a cualquier principiante en temas empresariales, ya sea de bienes o de servicios, que atienda a ese requerimiento de la sociedad de ser más sostenibles. De lo contrario, están obsoletos desde su nacimiento.

"Hay quien cree que a la contra se vivía mejor, pero las eléctricas están dando pasos de gigantes, zancadas incluso, hacia la sostenibilidad y hacia las energías renovables"

P.- Las eléctricas que han sido el tradicional enemigo a batir por los ecologistas, por decirlo de alguna manera, se están poniendo las pilas en este sentido. ¿Es una afirmación arriesgada o es así?
R.- No solamente coincido, sino que la defiendo. Es decir, la sociedad está evolucionando y el que no quiera verlo, es un necio o alguien que está instalado en el ‘cuanto peor, mejor’. Hay quien cree que a la contra se vivía mejor, pero las eléctricas están dando pasos de gigantes, zancadas incluso, hacia la sostenibilidad y hacia las energías renovables. Por fin han atendido a lo que le venían reclamando desde el sector ecologista. Sin ese requerimiento, las grandes compañías energéticas no hubiesen movido un pie. Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es quitarse el sombrero ante el movimiento ecologista. Ahora bien, hay que exigirle también una revisión de sus planteamientos, porque es injusto, y además es mentira, seguir con el discurso del "cuanto peor, mejor". Hay compañías que están haciendo las cosas bastante mejor de cómo las hacían. Les queda muchísimo por avanzar, tienen que hacer un análisis en profundidad de sus sistemas productivos y tienen que hacer cambios todavía más grandes de los que están haciendo. Pero es innegable que lo están haciendo. Esto, que puede hacer saltar los tornillos en determinadas maquinarias obsoletas y oxidadas, es imprescindible decirlo.

Nos necesitamos todos y las grandes compañías, que están reconvirtiendo sus procesos productivos para avanzar hacia la economía circular, son parte de la solución, aunque hasta anteayer eran parte del problema. De acuerdo, pero no vamos a estar toda la vida señalándolos con el dedo y acusándolas.

"Todo euro que invirtamos en energía fósil es euro que estamos invirtiendo en cambio climático y en cargarnos la salida a este problema"

P.- La energía es imprescindible en nuestras vidas.
R.- La energía tiene que ser limpia y renovable. Punto, se acabó la energía sucia y la energía fósil. Todo euro que invirtamos en energía fósil es euro que estamos invirtiendo en cambio climático y en cargarnos la salida a este problema. Por lo tanto, se acabaron las ayudas a la energía fósil. Se acabó.

Respecto a la nuclear, está absolutamente demostrado que, como proponía Greenpeace hace años, podemos vivir en un escenario 100% renovable.

P.- ¿Te preocupa que entre los negacionistas del cambio climático esté el presidente de EEUU, Donald Trump?
R.- A los negacionistas del cambio climático los pongo a la altura de los terraplanistas. El verano pasado, en el estado de Nevada, se juntaron 5.000 asistentes a una convención sobre terraplanistas, en la que tomaron la palabra, incluso, algunos senadores norteamericanos, y se pusieron a defender que la Tierra es plana. De locos y visionarios el mundo está lleno, pero no tardamos ni un minuto más en atender a sus llamadas... ¿Tú irías a un Congreso de terraplanistas? ¿Cualquier lector de tu medio crees que iría a un congreso de terraplanistas? A los negacionistas del cambio climático, ni un ápice, ni un espacio. No hay que perder el tiempo con ellos. La situación es tan seria, la salida al problema es tan urgente, que lo que hay que hacer es mirar hacia adelante.

P.- Por eso nombraba a Trump, precisamente, que no es cualquiera.
R.- Por desgracia, Estados Unidos está en un proceso de fagocitación de sí mismo. Para mí es un gran país por el que tengo una gran admiración, respeto y mucho aprecio. Tengo grandes amigos allí y por eso llevo tan mal este proceso que está viviendo con la ‘trumperización’ de su política. dentro de Estados Unidos, Donald Trump está infinitamente contestado. Hay estados como California, que sería la quinta potencia mundial si fuese un país independiente, que está en contra radicalmente de sus postulados y aplica medidas infinitamente más severas que las de al Unión Europea en la lucha contra el cambio climático. California está dando lecciones al mundo de lo que se debe hacer y pertenece a Estados Unidos.

P.- En nuestro día a día también podemos contribuir a la economía circular, ¿qué se puede hacer desde casa para combatir el cambio climático?
R.- Lo de ‘la culpa la tienen las empresas’ se ha convertido en un mantra que ha servido a muchos para instalarse en la parálisis. En ‘Circulando hacia una nueva economía’  hay treinta ejemplos de empresas que están reaccionando... ¿y tú? El libro nace a raíz de una llamada de una oyente a la radio hace dos años. Yo acababa de publicar Plastic Detox, un libro en el que daba una serie de consejos para vivir sin plástico... O para reducir el uso de plástico, para ser más exactos, porque vivir sin plástico es una utopía. Ella llamó diciéndome "mira, José Luis, que tú estás diciendo en tu libro que no hay que consumir agua embotellada, que hay que beber agua del grifo, pero es que yo te invito a que vengas a mi ciudad, en la Comunidad Valenciana, y si tienes narices, bebas agua del grifo". "Ya sé que está controlada ahora, que es higiénica, solo faltaría, que está perfectamente garantizado su consumo, pero es que tiene un sabor horrible. Organolépticamente, que dicen los técnicos, es absolutamente imposible, ni tan siquiera puedo guisar con ella". "Yo tengo en casa una fuente", me dijo, "hay una gente que viene a casa, se lleva la garrafa vacía y me deja una garrafa llena. En casa tengo un hijo que es ecologista a ultranza y esta gente me garantiza que no genera plástico y estoy consumiendo agua embotellada. ¿Cómo me respondes a eso?". Bien, cuando colgó, la directora del programa, Julia Otero, me dio la orden de ponerme a investigar. Me dio un tirón de orejas en antena y me dijo "Investígame eso y dame una respuesta la semana que viene". Y así fue como conocí a una de esas empresas. Una empresa pequeña, Aquaservice, que efectivamente, desde Valencia, está haciendo eso y le ha dado la vuelta al concepto de consumir agua embotellada. Además, están reduciendo sus emisiones de CO2, tienen camiones eléctricos... En el mundo de la empresa, también hay ecologistas.

P.- Además es una buena oportunidad para el negocio, ofrecer soluciones verdes a necesidades cotidianas…
R.- La economía circular existe y la están practicando muchos ciudadanos, gracias a su conexión con empresas circulares. Gracias a estas empresas que están evolucionando hacia esas nuevas maneras de trabajar, de hacer negocio, nos están dando a los ciudadanos posibilidades de ser más sostenibles sin cambiar de vida. Hay gente que fabrica ropa con plástico reciclado, como Ternua, que fabrica sopas y pastas respetando la naturaleza, y no solamente los cultivos, como la gente de Knorr. Hay gente que está haciendo zapatos con materiales ajenos al plástico como cáscara de piña y buscando otros materiales. Y luego me he encontrado con una serie de chavales que se te cae la baba, que son unos genios y nos están dándo una lección a todos de cómo evolucionar, que están creando tiendas de moda de segunda mano, pero con una categoría que te mueres, que están reparando productos electrónicos a la perfección, que yo te pongo el móvil reparado y el móvil nuevo y no me sabes hallar la diferencia. Esto es una maravilla. Me decías que si estoy esperanzado. Te aseguro que leerte este libro es un chute de esperanza.

P.- ¿Qué opinas de los que a estas alturas siguen sin reciclar la basura?
R.- Hay un catálogo de buenas prácticas que podemos llevar a cabo en nuestro día a día y la primera de todas es el reciclaje, que supone una manera de aplicar el concepto de economía circular en tu día a día.

P.- Una de los bulos más extendidos es que todos los contenedores acaban mezclados en el vertedero…
R.- Si lo mezclasen todo en el vertedero no habría el tejido de empresas que hay en este país y que dependen de ese gesto. Detrás de tu simple gesto de echar una botella de plástico en el contenedor amarillo, hay toda una maquinaria de empresas que se dedican a recoger ese material, ponerlo en valor, convertirlo en materia prima y fabricar nuevos productos. Y eso es así, no hay que atender a las voces los que niegan que el reciclaje funcione. Por supuesto que funciona. Y la Unión Europea lo pone como ejemplo de economía circular. El reciclaje es indispensable, y quienes actúan contra el reciclaje están actuando contra el medioambiente.